sábado, abril 27, 2024
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Vacunas y su beneficio para el ser humano

Segunda Parte

Por: Equipo editor

 

Recordemos que…

 

Las vacunas son sustancias que tiene la finalidad de estimular la respuesta del sistema inmunitario ante un tumor o ante microorganismos, como bacterias o virus. La vacuna ayuda al cuerpo a reconocer y destruir las células cancerosas o los microorganismos.

 

Asimismo, estos productos por lo general se aplican a niños para protegerlos contra enfermedades graves y, a menudo, mortales. Al estimular las defensas naturales del organismo, lo preparan para combatir enfermedades de manera más rápida y efectiva.

 

Las vacunas ayudan al sistema inmunitario a combatir las infecciones de manera más eficiente, ya que provocan una respuesta inmunitaria a enfermedades específicas. De este modo, si el virus o la bacteria vuelven a invadir el organismo en el futuro, el sistema inmunitario ya estará preparado para combatirlo; pues enseñan al cuerpo cómo defenderse cuando microorganismos, como virus o bacterias, lo invaden:

 

Existe algún riesgo al no ser vacunado

 

No vacunarse implica riesgos tanto para la persona que no se vacuna como para la comunidad. El principal riesgo para la persona no vacunada es el de sufrir las infecciones contra las que no está protegida, que en ocasiones pueden ser graves.

 

Gracias a las altas coberturas de vacunación que tenemos en Cataluña y España hay muchas infecciones que son muy poco frecuentes en nuestro entorno, pero esto no significa que estén erradicadas y que no se puedan dar casos aislados o incluso brotes. Esta baja incidencia hace que, a menudo, los profesionales sanitarios no estén acostumbrados a diagnosticarlas.

 

Esto puede retrasar el diagnóstico de estas infecciones pudiendo empeorar su evolución y haciendo que se retrase el aislamiento del caso, favoreciendo la transmisión de la infección a otras personas.

 

El principal riesgo para la comunidad es que se reintroduzca y se propague la infección. Esto es particularmente peligroso para aquellos colectivos de riesgo que no se pueden vacunar (por alergia a los componentes de las vacunas u otras contraindicaciones) o que, a pesar de estar vacunados, presentan una baja respuesta a las vacunas por tener el sistema inmunitario debilitado (personas con VIHcáncertrasplantados de médula ósea o en tratamiento con inmunosupresores, entre otros), y también para bebés que todavía no están totalmente vacunados.

 

El Dr. Alzina resuelve algunas dudas que rodean al mundo de las vacunas:

 

Se trata de sustancias biológicas que producen una reacción parecida a las infecciones, pero sin producir la enfermedad. Así, el niño estará protegido para el futuro. Sin embargo, como cualquier medicamento, no están exentas de reacciones adversas leves, como fiebre, mareos, malestar general, dolor en el lugar de la inyección (en general leve y bien tolerada).

 

El control de seguridad es uno de los más rigurosos y exhaustivos de las autoridades sanitarias. Se realizan no solo durante su elaboración, si no durante toda su utilización. Hay organismos (sistemas de farmacovigilancia) locales, nacionales e internacionales que registran todos los efectos secundarios para su análisis y tomar las medidas oportunas para su corrección (si es necesario).

 

Los adultos también deben vacunarse, no es solo cosa de niños. Hay un calendario para las vacunas contra el tétanos, difteria, tosferina y gripe. Para el resto, depende de si se vacunó en la infancia y de las enfermedades pasadas. En la actualidad se recomienda vacunar contra la tosferina a toda mujer embarazada, para que su hijo nazca con defensas contra esta enfermedad.

 

Aunque las informaciones que ponen en entredicho su eficacia tienen gran repercusión mediática, la realidad es que en España en 2014 se ha incrementado la cobertura respecto al 2013, llegando al 90-95 % para determinadas vacunas. Es interesante que para la vacuna triple vírica (Rubeola – Sarampión – Parotiditis) la cobertura en el 2014 fue del 93 % (inferior por poco al 95 % requerido para garantizar la eliminación del sarampión).

 

En la actualidad existe una protección de la población de no vacunados (por la llamada inmunidad de grupo o rebaño) debido a la presencia de un elevado porcentaje de individuos inmunes gracias a la vacuna. Por eso, existe una percepción de riesgo bajo si los padres no vacunan a sus hijos. Sin embargo, si no fuera por ellas o si se interrumpiera la vacunación, las enfermedades y epidemias reaparecerían.

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