lunes, abril 29, 2024
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La importancia del repaso para alcanzar el éxito en el estudio

Por: Lic. Héctor Molina Angulo

 

Recordemos que…

 

Los hábitos de estudio son aquellas prácticas habituales que promueven el desarrollo cognitivo, así como la capacidad de aprender con menor dificultad nuevos contenidos y mejorar el rendimiento académico.

 

Continuando con el desarrollo de los hábitos de estudios para lograr mejores resultados, presentamos en este número la importancia de repasar regularmente y lograr una adaptación de la metodología de estudio al tipo de prueba a rendir para un mejor resultado y aprovechamiento.

 

Principios de repaso para considerar

 

Básicamente el repaso consiste en releer lo aprendido y en hacer un esfuerzo de memoria durante unos minutos para recordar, al menos, los puntos principales. Una forma de repasar podría ser la siguiente:

 

  • Hacer una repetición activa del esquema, resumen, mapa conceptual o la ayuda gráfica que hemos utilizado a la hora de estudiar. Se aconseja que sea oral para un mejor resultado en menor tiempo.
  • Intentar recordar las ideas principales sin recurrir a las ayudas de consulta.
  • Consultar el esquema para comprobar posibles lagunas. Si se ha fallado o no hemos recordado algo, releer esquemas y/o temas.
  • Repetir el proceso nuevamente.

 

Se sabe que hay una estrecha relación entre la repetición en el tiempo y la eficacia de la retención. También está comprobado que serán necesarios unos cuatro o cinco repasos para que lo que hemos retenido pase a la memoria a largo plazo.

 

Diversos estudios han establecido la evolución de los datos memorizados que han sido repasados y los datos memorizados que no lo fueron. Según estos, el repaso espaciado (a intervalos) es el más recomendable y la forma de hacerlo más común presenta tres fases.

 

Fase 1 – Repaso inicial

 

Trata de repasar justo después de memorizar un tema y de forma muy activa. Como mucho, espácialo un día desde que lo estudiaste. Estos repasos iniciales sirven para anclar la información en el cerebro y que este no la deseche.

 

Lo ideal es estudiar la información memorizada dos veces el mismo día del aprendizaje, por lo menos una vez. Obviamente, esto dependerá de la práctica que tengas en el estudio.

 

Fase 2 – Repasos intermedios

 

Estos son los que llevarán más tiempo. Ya que en los iniciales solo se necesitaba anclar la información y en los finales se busca refrescarla. Pero en los intermedios hay que hacer mucho énfasis. Puede ser a la semana del aprendizaje adquirido.

 

La intención es empezar a fortalecer el recuerdo para que el cerebro considere necesaria esa información y la pase a la memoria a largo plazo. El objetivo principal de los repasos en esta fase será afianzar los contenidos de tal forma que seas capaz de reproducir cada tema a la perfección.

 

Es recomendable practicar la auto exigencia al no omitir o minimizar los errores, asegúrate de corregirlos y marcarlos bien para darles especial importancia en los siguientes repasos. Debes recordar que el aprendizaje logrado de los errores, casi nunca se olvida.

 

Fase 3 – Repasos finales

 

Es bueno distanciarlos cada 30 o 40 días. El último repaso siempre ha de ser unos días antes del examen. El objetivo es comprobar que no haya fallos, refrescar lo que ya se sabe y ultimar con aquellos conceptos que aún cuestan un poco. En esta fase es necesario centrarte únicamente en el método repaso-lectura.

 

Debes asegúrate de que los fallos de repasos anteriores y dudas han quedado ya resueltas. De lo contrario pueden surgir problemas de confianza en ti mismo en el último momento.

 

Adaptar la metodología de estudio al tipo de prueba

 

Los expertos recomiendan a los estudiantes que, a la hora de estudiar, además de analizar su propio estilo de estudio, conozcan en profundidad la metodología de cada asignatura, la temática y el sistema de evaluación.

 

No debemos olvidar que la evaluación educativa es el conjunto de actividades programadas con la finalidad de recoger información sobre la situación, el proceso de aprendizaje y los conocimientos adquiridos del estudiante. Esta permite a docentes, estudiantes e instituciones educativas reflexionar y tomar las decisiones adecuadas sobre el proceso de enseñanza-aprendizaje y las estrategias didácticas llevadas a cabo hasta el momento.

La evaluación ha cambiado mucho en las últimas décadas, pero sobre todo en estos últimos meses por la pandemia y el proceso de educación virtual. El uso de las TIC y de nuevas metodologías de aprendizaje, así como la introducción de las competencias básicas, ha favorecido nuevas formas de evaluar; las calificaciones ya no deben limitarse a mostrar el resultado de un examen, sino como lo señala cualquiere3 especialista en educación y didáctica al nivel  de adquisición de conocimientos de cada persona.

Esta variedad ha provocado que las técnicas de estudio y las estrategias de aprendizaje deban adaptase a las nuevas realidades. Las técnicas adecuadas para estudiar para un examen tradicional no sirven para una prueba oral o para la evaluación basada en proyectos.

 

Según Joan Riart, coordinador de la Colección de Cuadernos de Trabajo Personal de la Editorial ISEP, las estrategias a la hora de estudiar dependen de cada persona y se adaptan a las necesidades de cada uno.

Este aspecto es fundamental, porque, aunque se tiene claro que cada materia o asignatura requiere unas técnicas de estudio diferentes, el estudiante debe conocer qué estrategias le funcionan a la hora de estudiar. Por eso, los expertos recomiendan a los estudiantes que, además de analizar su propio estilo de estudio, conozcan en profundidad la metodología de cada asignatura, la temática y el sistema de evaluación.

En función del sistema de evaluación y la complejidad del contenido a aprender, observamos que algunas asignaturas requieren ejercicios de memorización, otras de técnicas de comprensión de ideas básicas, otras, creación de mapas conceptuales, etc. Sea como fuere, para estudiar es necesario dedicar un tiempo y si se organiza en unidades de tiempo concretas, mejor. Las técnicas de estudio están fuertemente vinculadas a las técnicas de organización; independientemente del tipo de evaluación a la que se debe hacer frente.

Si nos centramos en las técnicas de estudio útiles durante una evaluación continua, debemos tener en cuenta que este tipo de evaluación valora los esfuerzos y logros de los estudiantes llevados a cabo diariamente, a través de trabajos o bien controles periódicos, exposiciones individuales o grupales, investigaciones, etc. Por tal razón, es fundamental tener en cuenta a qué tipo de evaluación debemos hacer frente cada vez, pudiendo ser:

 

  • Es obvio que los deberes hay que hacerlos diariamente. Lo ideal es hacer los deberes el mismo día en que se ha visto la lección, cuando aún está fresca la explicación.

 

  • Los expertos recomiendan preparar los exámenes desde el inicio del curso y de forma continuada, no solo durante los días previos a la prueba. Es necesario fijarse un ritmo de estudio, que se intensificará a medida que se acerque la fecha. La planificación, determinar cuántas horas son necesarias por asignatura y dedicar un tiempo al repaso deben combinarse con un descanso adecuado y con evitar la ansiedad.

 

  • Prueba oral. La mayor dificultad del examen oral obliga al estudiante a una preparación más concienzuda. La asignatura tiene que estar perfectamente dominada. En este caso, además de los aspectos citados en el examen, es necesario reforzar todo lo que contribuya a minimizar la tensión nerviosa.

 

  • Presentación de trabajos.El primer paso es definir el tema, siempre y cuando no venga determinado por el profesor. Después, hay que tener claro la extensión y características para poder empezar a buscar la información. Una vez se determine la estructura del trabajo, se pasa a la redacción y a la elaboración de las conclusiones.

 

  • Trabajo en grupo.A la complejidad que presenta cualquier proyecto, hay que añadir los problemas de relaciones personales que pueden surgir dentro del grupo. Una vez elegido el grupo es fundamental repartir las tareas, planificar el tiempo disponible e ir comprobando cómo avanza el proyecto.
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