sábado, mayo 18, 2024
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Humanizar la política

“Nosotros podemos, apristas de corazón y de conciencia, realizar en esta noche no sólo un acto de fe en un Perú mejor, justo, libre, culto, sino también como responsables, como integrantes del partido mayoritario del país, reafirmar nuestra conciencia, de que aún victoriosos, tenemos que pensar ante todo en el Perú y tenemos que ser generosos aún con los que nos han ofendido. Tanto más fuerte, tanto más generoso con aquellos que no han entendido todavía la esencia de esta obra creadora que tiene 30 años de padecimiento, pero que tiene 30 años de historia épica de lucha por la justicia”, afirmó el líder aprista Víctor Raúl Haya de la Torre, en ocasión de conmemorar los 30 años de su partido.
Palabras que ratifican el liderazgo de un político y pensador, protagonista de gestas históricas, en la actividad de sus pasiones, cuya palabra y figura lograron trascender, más allá de las fronteras de su país. Habla, según vemos, de generosidad con el adversario, en una clara alusión a humanizar la praxis política, que siempre fue matizada con hechos feroces, no solo en nuestro continente, sino en el mundo. Una inquietud adquirida, posiblemente, en su dilatada labor partidaria.
El llamado a la reflexión que hizo el conocido líder del siglo pasado, no ha perdido vigencia, pese a los años que transcurrieron, debido que estamos inmersos, hoy como ayer, en un mundo político “enguerrillado”, donde no hay las garantías suficientes para disentir. Sobre nuestras cabezas pende la amenaza e intimidación, la persecución y revancha, como en los tiempos de corte autoritario. Se ignora, en pleno Siglo XXI, los más elementales derechos humanos. No se practica, como sabemos, la generosidad con el prójimo caído en las lides políticas. Se desecha toda iniciativa relacionada con humanizar ese quehacer.
Qué bueno sería que asuman gestos de generosidad, tal como propugnara Víctor Raúl Haya de la Torre, en los países donde los omnipotentes pisan y pasan. Creen ser dueños de la vida, de la verdad y la libertad. Priorizan sus intereses particulares y no así los intereses de la gente necesitada. Cobran revancha y humillan al vencido. Encarcelan, con argumentos infundados y manipulando a la justicia, a los que piensan diferente. A quienes creen que son una piedra en el camino. Prueba de ello es que las mazmorras están atestadas por detenidos políticos, periodistas, artistas y otros, en una acción violatoria de los derechos humanos. Para el colmo de males tienen la desfachatez de llamarse demócratas y como tales se presentan ante la comunidad internacional. Es una vergüenza.
Generosidad, con justicia y en democracia, debería ser el objetivo fundamental, ahora más que nunca, para transformar la realidad política, tan cuestionada por los atropellos que ejerce el autoritarismo, en la región y el planeta. Ojalá que el espíritu de Haya de la Torre ilumine a quienes se consideran “salvadores”, a fin de que depongan sus propósitos oscuros y tenebrosos.
En suma: gobernantes y gobernados, de la derecha y la izquierda, sin distinción de siglas ni colores, deberían extremar esfuerzos, en la perspectiva de humanizar la política. Ahora o nunca.

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