Docentes de anterior generación versus estudiantes de hoy

La mala calidad de enseñanza de algunos docentes en educación superior tiene implicaciones preocupantes en la deserción y abandono de estudiantes, especialmente en universidades estatales.
A las personas les encanta aprender, de hecho, todas lo hacen continuamente, dentro o fuera de una universidad o escuela. Lo que no les gusta es estar sentadas muchas horas sin poder moverse y escuchando a alguien hablar de forma monótona sobre un tema que no les interesa. La única forma de solucionar esto es haciendo las clases más participativas, empoderando a los alumnos sobre su propio proceso educativo y dejándoles que decidan, en la medida de lo posible, el contenido de la asignatura y el modo en que quieren aprenderla.
Para el docente tradicional un examen escrito mide exclusivamente conocimiento teórico o conceptual, la capacidad memorística y las habilidades lingüísticas (expresión verbal, argumentar, redactar), es decir, habilidades de antaño importantes que han perdido mucho peso tanto en el mercado laboral como en la sociedad, y en casi todo el ámbito dela vida en general.
Estudios científicos demuestran que las personas nacidas entre los años 1983 al 2010 (generación Y – generación Z) considerados como gente joven, tecnológicos, abiertos al cambio, les gusta la libertad de expresión y viven de experiencias y emociones. Mientras los docentes en su gran mayoría son de otra generación (generación baby boomers – generación X), pues esta generación de docentes desarrolla una educación verticalista poco favorable para el estudiante, especialmente en educación superior.
La educación horizontal juega un papel muy importante en el Siglo XXI y por supuesto la interrelación docente estudiante para construir nuevos conocimientos, desarrollando un pensamiento crítico y habilidades en el uso de las tecnologías que hoy es uno de los ejes más importantes a nivel mundial.
Para la generación Y – generación Z, el estudiante se convierte en el centro del proceso de aprendizaje y participa de manera activa en la construcción de sus conocimientos, teniendo la capacidad para decidir cuál será el trayecto formativo más afín con sus intereses.
Los profesores, nacidos en generaciones previas, deben cambiar sus formas de enseñanza, haciendo esfuerzos para hacer sus asignaturas atractivas e incorporar a Internet y sus recursos como parte de sus formas de enseñanza. Pero los cambios deben estar sustentados por las teorías que subyacen en las nuevas formas de aprendizaje.
Los de la generación Y – generación Z, son la primera generación que ha crecido con los medios digitales y están embebidos en estos tipos de dispositivos, a tal punto que sus cerebros funcionan también de manera diferente. Son hábiles suprimiendo los distractores, ignorando la información no relevante, seleccionando solo aquello que les interesa según su objetivo.
El cerebro de los millennials (generación Y – generación Z) posee la habilidad de cambiar de una tarea a otra y de integrar la información más rápido que las generaciones anteriores. Con base en las neurociencias, se observa que esta generación posee un mayor desarrollo de su hemisferio cerebral derecho, lugar donde residen las habilidades humanas.
Por otro lado, los diseños curriculares de las diferentes carreras de las universidades no explotan estas nuevas habilidades de sus estudiantes ingresantes, según su característica generacional.