lunes, abril 29, 2024
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Decadencia del parlamento en regímenes populistas

Marcelo Miranda Loayza

El sistema parlamentario ha sido pilar fundamental dentro de la historia de las democracias occidentales. A lo largo de los siglos ha demostrado su relevancia como instrumento para la toma de decisiones políticas, la representación ciudadana y el control del poder; sin embargo, en el último tiempo, hemos venido observando una tergiversación del sistema parlamentario, especialmente en manos de regímenes populistas que utilizan el sistema parlamentario como un medio para avasallar políticamente a sus oponentes y convertirlo en un espacio de confrontación, prebenda y manipulación.
El origen del sistema parlamentario se remonta a las antiguas civilizaciones helénicas, donde se establecieron asambleas legislativas para la toma de decisiones colectivas. Ya en la Edad Media, el sistema parlamentario evolucionó, principalmente en Inglaterra, con la instauración del parlamento constituido por representantes de la nobleza y del clero.
A partir de la Revolución Francesa el sistema parlamentario se expandió por toda Europa, tomando diferentes formas y adaptándose a las realidades de cada país. La importancia del sistema parlamentario radica en su capacidad para representar a la ciudadanía y garantizar la participación política de diversos sectores de la sociedad. Es a través del parlamento que se promueve el debate político, se establecen leyes y se controla al poder ejecutivo, evitando, de esta manera, la concentración de poder en manos de un solo individuo.
Sin embargo, algunos regímenes populistas –en especial en Latinoamérica– han distorsionado este sistema, utilizando el parlamento como un instrumento para imponer su voluntad política, sin tener en cuenta los principios elementales de la democracia. Estos regímenes populistas ven al sistema parlamentario como una herramienta de avasallamiento político, utilizando mayorías legislativas para imponer su agenda, sin tener en cuenta la pluralidad de opiniones. Además, en lugar de promover el debate constructivo, estos regímenes convierten al parlamento en un espacio de confrontación y peleas; donde el más ignorante es el que impone su opinión y voluntad.
La tergiversación del sistema parlamentario por parte de estos regímenes pone en peligro la estabilidad democrática y la sana separación de poderes, elementos fundamentales de la democracia que a la vez coadyuvan al buen funcionamiento de la sociedad. Es importante destacar que esta tergiversación no es exclusiva de un solo país o región, sino que se ha observado en diferentes partes del mundo, pero con una sola constante: todos pertenecen a regímenes progresistas de izquierda.
Frente a esta situación, la sociedad civil y la oposición política debidamente organizada tienen la obligación de mantenerse alerta y trabajar en la protección y fortalecimiento del sistema parlamentario como una herramienta vital para la gobernabilidad democrática. Es necesario fomentar una cultura política de respeto, diálogo y consenso que permita el correcto funcionamiento del parlamento y evite su tergiversación en manos de regímenes populistas.
Resulta fundamental promover la educación cívica y política, para que los ciudadanos comprendan la importancia del sistema parlamentario y sean capaces de exigir su correcto funcionamiento. De igual modo, las instituciones democráticas y los mecanismos de control deben ser fortalecidos para evitar abusos y garantizar la transparencia en el ejercicio del poder parlamentario.
La lucha contra la tergiversación del sistema parlamentario debe ser una tarea conjunta, en la que todos los actores políticos, sociales y académicos se comprometan a defender los principios democráticos. Para ello, es de vital importancia establecer, de manera clara, cuáles son los requisitos básicos para ser elegido asambleísta o parlamentario, pues los regímenes populistas se ven empecinados en elegir a personas con escasa preparación intelectual y con demasiada verborrea e intolerancia.
La historia nos ha enseñado que la tergiversación del sistema parlamentario puede llevar al debilitamiento de las instituciones democráticas y a la concentración de poder en manos de unos pocos. Por ello resulta fundamental tomar conciencia de los riesgos que implica la tergiversación del sistema parlamentario y trabajar en su recuperación y fortalecimiento, como pilar fundamental de una democracia libre y participativa.

El autor es teólogo, escritor y educador.

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