lunes, abril 29, 2024
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Según encuesta de Diagnosis

Crece insatisfacción por democracia y percepción de Gobierno autoritario

> Incluso en sectores poblacionales afines al Gobierno, el estudio muestra que existe mayor desconfianza en el sistema democrático. > Aunque habría mayor preferencia por un gobierno que llegue a acuerdos, crece una tendencia a rechazar la mediación entre partidos políticos y el pueblo, lo cual reafirmaría una incesante polarización.

El Gobierno del presidente, Luis Arce Catacora, es percibido como autoritario por las clases medias opositoras y los sectores afines a él sienten mayor insatisfacción hacia el sistema democrático, lo cual advierte un clima de mayor conflicto social en el futuro, según una última encuesta realizada por Diagnosis.
De acuerdo con el estudio, la insatisfacción con el sistema democrático aumentó de 38% a 51% desde mediados del año pasado, un índice que es reflejado mayormente en los sectores de oposición del gobierno de Arce y el Movimiento al Socialismo (MAS).
El estudio concluye que los sectores de oposición anhelarían tener una democracia liberal y un gobierno conciliador en la que los partidos políticos puedan canalizar las demandas de la sociedad.
Por otra parte, las clases bajas de la región aymara (occidente del país) que son afines al Gobierno, prefieren a un gobierno “fuerte” que imponga sus decisiones con un líder que dialogue directamente con su pueblo, es decir, sin la mediación de partidos políticos.
En estos sectores favorables al oficialismo, la disminución de la satisfacción con la democracia, desde junio de 2023 a marzo de 2024, puede que se deba también “a la creciente inestabilidad económica percibida por ellos en los últimos meses”, agrega Diagnosis.

¿FUNCIONA LA DEMOCRACIA?
Los datos muestran que, desde junio de 2023, la percepción positiva hacia el funcionamiento de la democracia en Bolivia ha ido disminuyendo notoriamente.
En junio del año pasado, un 39% consideraba que la democracia no funcionaba, mientras que un 38% creía lo contrario, lo cual podría suponer un equilibrio de opiniones. Hoy, las cifras son de 51% y 30% respectivamente, lo cual quiere decir que actualmente un 8% menos confía en la democracia respecto a mediados del año pasado.
La primera pregunta del estudio fue: ¿Usted diría que la democracia en Bolivia funciona bien o que tiene muchos problemas? Al respecto, un 51% respondió que “funciona muy mal” (29%) o que “es una dictadura con fachada democrática” (22%).
Mientras, el porcentaje de opiniones afirmativas a esta pregunta solo alcanzó el 30%, con un 23% que considera que la democracia “tiene problemas, pero funciona” y un 7% que lo afirma categóricamente.
Por otra parte, el resto de encuestados (un 19%) respondió que la democracia funciona “más o menos”. Si se suma y extrapola a los opuestos, los que defienden que existe democracia son un 30%, mientras que los que admiten que no funciona o que funciona a medias llegan a un 70%.
Según la clase social, los resultados muestran que la clase media baja es la que más positivamente ve la democracia, con un 36%, mientras que un 50% del mismo sector cree que la democracia no funciona. La clase media típica, por su parte, es contundente en su malestar hacia la democracia, pues un 73% expresó no creer que funcione, dejando un 19% que lo afirma.
Regionalmente, Santa Cruz presentó el mayor número de opiniones negativas hacia la democracia, con un 61%. Potosí presentó el nivel más bajo con un 27%. Además, el departamento potosino mostró la mayor cantidad de incertidumbre, con un 63% que expresó que el sistema de gobierno funciona “más o menos”.
Clasificando los datos por área de residencia, Diagnosis reveló que, en ciudades capitales y El Alto, el 60% de la población no cree en la democracia actual, mientras que el 30% cree que sí. En ciudades intermedias ambos polos oscilan el 43%, reafirmando una polarización.
Curiosamente, en el área rural, apenas un 24% confía en la democracia de Arce, mientras que el 43% expresó lo contrario. En los pueblos, un 34% cree en la democracia mientras que un 40% no lo hace.
Por ecorregión, los datos muestran que las tierras bajas expresaron mayor confianza en la democracia, con un 35%, mientras que un 60% sostuvo su incredulidad en este territorio. En el altiplano, en cambio, un 26% cree que la democracia funciona, mientras que un 46% descarta esta idea.
Electoralmente, el estudio muestra que un 41% de personas que votaron por Arce Catacora afirman que la democracia funciona, mientras que un 40% cree lo contrario. Esto quiere decir que solo cuatro de cada diez personas que apoyan a Arce aún creen en la democracia del país.
¿GOBIERNO RÍGIDO O CONCILIADOR?
La segunda pregunta del estudio fue: ¿Qué tipo de Gobierno necesita la democracia en Bolivia? En términos generales, un 34% respondió que el país necesita un Gobierno fuerte y que imponga orden, pero un 55% respondió que desean un Gobierno conciliador.
Analizando los datos por departamento, los encuestados de Pando mostraron mayor inclinación por un Gobierno autoritario con un 60%, frente al 26% que desearía un Gobierno que promueva el diálogo.
Contrariamente, en Santa Cruz, un 82% expresó su inclinación por un Gobierno conciliador y solo un 13% desearía un Gobierno que imponga orden. En departamentos del valle como Cochabamba, Tarija y Chuquisaca, alrededor de un 56% desea un gobierno que llegue a acuerdos, mientras que, en Oruro, Beni y La Paz, entre un 41% y la mitad de encuestados prefieren un gobierno fuerte.
Electoralmente, las cifras también muestran tendencias interesantes. De los votantes de Arce, el 51% desea un gobierno conciliador y un 39% lo contrario. Los simpatizantes de Carlos Mesa, por su parte, están más inclinados a un gobierno que llegue a acuerdos (66%) que a un gobierno fuerte (30%).
Sin embargo, entre los votantes de Camacho, un contundente 84% expresó que quiere un gobierno que llegue a acuerdos, pero solo el 7% quiere un gobierno que imponga sus ideas.
Según la clase social, los que quieren un gobierno mediador son; un 74% de la clase media típica, un 63% de la clase media baja, un 54% de la clase baja y un 36% en la clase pobre. Mientras, los que anhelan un gobierno rígido son: 23% en la clase media típica, un 30% de la clase media baja, un 35% de la clase baja y un 39% de la clase pobre.
Por ecorregión, se observó que el 40% del occidente boliviano prefiere un gobierno rígido, frente a un 31% de los valles y un 28% de las tierras bajas. Respecto a los que respondieron que Bolivia necesita un gobierno pacificador, el oriente expresó mayor inclinación (66%) frente a un 57% en los valles y un 45% en el altiplano.

¿LÍDERES O PARTIDOS?
La tercera y última pregunta de la encuesta se refirió a si el encuestado cree que la democracia necesita partidos políticos fuertes que representen las necesidades de la sociedad, o un líder sensible que escuche sus demandas.
El resultado de Diagnosis mostró que un 46% de encuestados prefiere “un líder sensible que escuche al pueblo”, mientras que un 36% prefiere que existan partidos políticos que transmitan demandas. El restante 18% no tuvo respuesta.
Esto puede corroborar la idea de que la tendencia al autoritarismo se ha incrementado en la región latinoamericana en los últimos tiempos, además de reafirmar la idea a la que concluye Diagnosis, en que hay una mayor desconfianza de la población boliviana en la democracia boliviana, la cual históricamente ha consistido en un sistema partidario y de representación parlamentaria.

FICHA TÉCNICA
El trabajo de campo de la encuesta fue realizado del 2 al 3 de marzo de 2024 con una muestra de 1.800 personas, entre hombres y mujeres de 18 a 65 años, en el área urbana y rural de los nueve departamentos del país.
El método empleado fueron encuestas presenciales en hogares a través de un soporte digital, con una selección aleatoria de zonas censales y de segmentos, y una selección sistemática de hogares y de entrevistados.

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