sábado, mayo 25, 2024
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Bolivia con 21,6% de reservas de litio a nivel mundial, pero aún no despega

> Los recursos a obtener por la venta de carbonato de litio cada vez va disminuyendo, por la caída de la cotización en el mercado internacional.

Bolivia posee 21,6% de las reservas mundiales de litio, pero todavía no despega el negocio y más bien va por más inversores para el desarrollo de recursos evaporíticos. El año pasado se inauguró la Planta Industrial de Carbonato de Litio, pero hasta finales de gestión se espera que opere a toda su capacidad. Las piscinas construidas en el salar de Uyuni están en duda su continuidad, sin embargo, ya expertos sugirieron que se continúe para abastecer de materia prima.
A pesar de que el Gobierno aseguró que las reservas aumentaron de 21 a 23 millones de toneladas de litio, el Servicio Geológico de Estados Unidos sólo menciona la primera cifra, y reitera la posición de Bolivia, como uno de los potenciales productores.
«El papel destacado de Latinoamérica en la industria minera mundial», así lo dice el Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS), quien hizo un estudio recientemente sobre la participación de la región en las reservas mundiales de litio, cobre, plata, estaño y otros minerales, menciona el presidente del Colegio de Economistas de Tarija, Fernando Romero.
En el caso de Bolivia, indica que el país tiene el 21,6% de las reservas mundiales de litio, el resto de la región un 35,3% y en otra parte del mundo el 43,2%. En cuanto al estaño, tenemos el 8,7% de las reservas mundiales, Brasil 9,1% y el resto de Latinoamérica el 2,8%.
Bolivia apuesta al litio para reemplazar los ingresos caídos del gas, pero expertos en el tema aseguran que el país quedó en último lugar en despegar, y recién busca socios para el desarrollo de la industria, 12 años después, y más de 1.000 millones de dólares de inversión.
Los convenios suscritos con empresas chinas y rusas para desarrollar la nueva tecnología de Extracción Directa del Litio (EDL) y la implementación de plantas pilotos de desarrollo en Coipasa y Pastos Grandes, así como en Uyuni, buscan acelerar la producción de materia prima, Carbonato de Litio.
Un análisis sobre el litio del Centro de Estudios para el Desarrollo Laboral y Agrario (Cedla) señala que, las únicas certezas que presenta el proyecto son la renuncia a la anunciada soberanía tecnológica en este sector y la dependencia extranjera.
Para el investigador del Cedla, Alfredo Zaconeta, el proyecto del litio presenta muchas dudas en cuanto a la provisión de materia prima, agua y gas natural para los posibles complejos industriales; al funcionamiento de la tecnología seleccionada; su marco legal; a la subordinación tecnológica de empresas extranjeras; y a sus impactos ambientales.
El litio, proyecto iniciado por el gobierno de Evo Morales en 2010, es hoy parte de la política de industrialización con sustitución de importaciones de la administración de Luis Arce, y está contemplado en el Plan de Desarrollo Económico y Social (PDES) 2021-2025.
Para la nueva tentativa de desarrollar esta industria, el PDES contempla metas ambiciosas hasta 2025, como la producción acumulada de 80.959 toneladas (t) de carbonato de litio (16.191 por año), de 64.000 t de materiales catódicos y de 88.000 baterías de litio, así como la obtención de 3.134 millones de dólares en ingresos por la venta de estos productos ($us 627 millones por año), señala el Cedla.
Recuerda que el Gobierno anunció el funcionamiento de cuatro complejos industriales EDL, los ingresos generados llegarían a los 9.600 millones de dólares en 2026, valor que supera con creces lo generado por el gas en su mejor momento ($us 6.133 millones en 2013), pero casi de inmediato bajó esta estimación a 4.000 millones, un valor que rebasa las proyecciones de la cotización internacional de carbonato de litio (entre $us 25.000 y 35.000 la tonelada), pero la cifra sigue cayendo hasta 13.000 dólares por tonelada.
Observación
En su momento, Yacimientos de Litio Bolivianos (YLB) observa a la ingeniería de diseño y construcción de la Planta Industrial de Carbonato de Litio. Un informe de la estatal indica: “La tecnología aplicada de 2008 a 2020 en Uyuni tenía una obsolescencia de 40 años y pierde el 40% de los componentes que son importantes”, explica el investigador.
La dependencia de tecnología extranjera fue una característica de los gobiernos del MAS, que firmaron contratos con la china Linyi Dike (2009), la coreana Posco (2012), la alemana K-Utec (2015), la china Camc (2016-2018), la francesa Greentech (2017) y la alemana Acisa (2019), para proyectos de ingeniería a diseño final y para la instalación de plantas piloto o industriales, así como para la explotación del litio.
Como parte de su plan de industrialización, el Gobierno concretó también en 2023 tres convenios con las chinas CBC y Citic Guoan, y con la rusa Uranium One Group. El objetivo es la instalación de cuatro complejos industriales para una producción total de 100.000 toneladas de carbonato de litio con extracción directa, una tecnología que aún no ha sido probada a escala industrial. Con las mismas también se amplió a la construcción de plantas pilotos.
La tecnología EDL todavía no se ha probado a nivel industrial, en su momento dijo la Dra. María Daniela Sánchez-López, en su presentación sobre la geopolítica del litio: La influencia de China y el impacto en el denominado Triángulo del Litio (Bolivia, Argentina y Chile), la pasada gestión.
Coincide con la apreciación de Sánchez, el analista de la Fundación Jubileo, Héctor Córdova, al indicar que no hay experiencia sobre esa tecnología, por ello recomendó que no se deje la producción de materia prima en las piscinas para la planta industrial.
Agua
El agua será un problema latente dentro de la explotación de recursos evaporíticos, ya que solo el funcionamiento de la Planta Industrial de Carbonato de Litio, recién inaugurada en diciembre de 2023, demanda 350 metros cúbicos (350.000 litros) de agua por día. Esta significativa cantidad, similar a la que demanda la metalurgia en Vinto, pondrá más presión sobre los recursos hídricos del sudoeste potosino, de los que ya dependen la minería a gran escala y la producción agrícola de esa región, señala Zaconeta.
Para producir una tonelada de carbonato de litio se requiere entre 1,5 a 2 millones de litros de agua, un volumen que hay que multiplicar por 100.000 toneladas para tener una idea de la ingente cantidad de recursos acuíferos que se necesitarán para cumplir los planes del Gobierno.
La provisión de gas, igualmente, genera dudas sobre el funcionamiento de toda la industria, dado el agotamiento de las reservas de gas del país, lo que podría obligar a la importación de este carburante para garantizar la explotación y procesamiento de estos recursos.
Surgen también preguntas sobre la Planta Industrial de Carbonato de Litio, que debe producir 15.000 toneladas desde 2025 con materia prima producida en piscinas. “La industria del litio depende de 160 piscinas de evaporación para la obtención de materia prima en 18 meses, pero solo funcionan 90 de ellas, porque las otras 70 no fueron permeabilizadas”, alerta Zaconeta.
La extracción de litio tiene desafíos de naturaleza socioambiental, derivados principalmente del consumo de agua en los procesos extractivos en zonas que enfrentan alto estrés hídrico, el impacto sobre la biodiversidad y las actividades económicas tradicionales de grupos sociales que habitan los salares (desde donde se extrae mayoritariamente el recurso). Para eso, la industria del litio requerirá de regulaciones y estándares más estrictos que aseguren la sostenibilidad de la actividad, puntualiza el informe Extracción e industrialización del litio: oportunidades y desafíos para América Latina y el Caribe de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal).
También sostiene el informe que sólo tres países explotan litio a gran escala comercial en la región. En 2021, Argentina representó el 9,8% de la producción mundial, Brasil el 0,4% y Chile el 41%.
Ese mismo año, los cuatro mayores productores de litio a nivel mundial (en orden de importancia, Australia, Chile, China y Argentina) concentraron más del 96% de la producción global, lo que ha motivado a los países productores de baterías de ion-litio a incluir el mineral en su listado de minerales críticos.

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