Alfredo Marca Loa
En los últimos años, se habla de la profunda innovación y transformación que está en marcha en el sector de la educación. Bolivia no se queda fuera de aquello. Se comprende que la ciencia y tecnología avanzan, las disciplinas académicas no son estáticas, las sociedades adquieren nuevas formas de aprender, las estrategias pedagógicas evolucionan, y las sociedades requieren mayor calidad en los procesos educativos. Nos referimos a la innovación curricular, que implica modificaciones, reestructuraciones e incorporación de nuevos contenidos, según nuestra manera de estudiar. Y la tecnología es un elemento integral para desarrollar el conocimiento.
El currículo desde su etimología es considerado como la trayectoria de aprendizaje del estudiante en la escuela para lograr su formación. Esta definición evidencia una tendencia práctica de evolución del currículo, aplicable en contextos y épocas consecutivas. El currículo, al estar ligado a la sociedad y la tecnología, tiende a ser dinámico, complejo, cambiante desde la evaluación que orienta y posibilita el perfeccionamiento de contenidos, estrategias y metodologías. No obstante, es natural la peripecia hacia la actualización para algunos actores, pero es más lógico y razonable el sentido de perfeccionamiento e innovación del conocimiento cuando es frecuente el tránsito hacia una educación del futuro.
La innovación curricular promovida por el Ministerio de Educación, plantea superar las posturas curriculares centradas en el conservadurismo, la reproducción y lo prescrito. Enfatizamos, entonces que, por ética, los actores educativos no pueden enfrascarse en tareas naturalizadas con argumentos y justificaciones antipedagógicas, sino comprender y adaptarse permanentemente con incorporación de la tecnología para una educación del futuro, ya que el objetivo de la Ley 070 es desarrollar una formación científica, tecnológica y productiva. Desde esta perspectiva, incorporar al currículo contenidos orientados al desarrollo de la ciencia y tecnología, y el empleo de herramientas tecnológicas como estrategias en procesos educativos, marcará un nuevo hecho en la adquisición de conocimientos.
Por ello, los acontecimientos actuales han acelerado el uso de la tecnología en todos los aspectos de la educación, desde la forma en que son impartidos los planes de estudio, hasta los modos en que los estudiantes aprenden y se conectan con su entorno. Es así que, la innovación del currículo debe ser considerada como un proyecto educativo en transformación. Y la tecnología como un elemento integral para desarrollar conocimientos, valores ético-morales, principios de inclusión y capacidades de innovación y transformación social de forma dinámica. Además, te invita a asumir un cambio de actitud, con un pensamiento complejo y transdisciplinario.
El autor es profesor.
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