sábado, mayo 18, 2024
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La caída del muro de Berlín

En octubre de 1917 estando en guerra Rusia con Alemania, los bolcheviques (socialistas-comunistas) se hicieron del poder e implantaron la llamada “dictadura del proletariado o socialismo”, siguiendo las ideas de Karl Marx y Federico Engels que, a mediados del Siglo XIX, hicieron conocer la proclama del socialismo denominado científico, que en realidad era un planteamiento filosófico-político.
A la muerte del líder de la revolución socialista en Rusia, Vladimir Ilich Ulianov “Lenin”, tomó el poder Iósif Dzhugashvili “Stalin”, que implantó una feroz dictadura y ante la retirada de las fuerzas de Hitler implantó el socialismo en varios países de Europa del Este (Hungría, Checoslovaquia, Rumania, Polonia y parte de Alemania, que fue dividida al igual que Berlín). La ideología marxista se extendió a China y a otros países de mundo, especialmente en Asia y, en América Latina, en Cuba en 1959.
A la conclusión de la II Guerra Mundial en 1945, hubo la alianza de Stalin con Inglaterra y Estados Unidos para enfrentar a la Alemania de Hitler. Y continuó la “guerra fría”, entre el mundo socialista-comunista encabezado por la URSS (Rusia) y las democracias capitalistas encabezadas por Estados Unidos, que acabó el 19 de noviembre de 1989, cuando se derrumbó el muro de Berlín, que fue levantado en 1961 por el régimen comunista de Alemania del Este, para evitar la salida de berlineses del Este al Oeste (Alemania Federal).
La caída del muro de Berlín fue el principio del fin del socialismo de corte soviético en el mundo y la finalización de la “guerra fría” que duró más de cuatro décadas. Y en el mundo se dio una suerte de primavera democrática que, sin embargo, no liquidó los regímenes totalitarios. Como en Cuba, donde aún hoy persiste esta ideología y la irradia a países del área. De tal manera que en este tiempo se han establecido regímenes dictatoriales de corte neo socialista en Venezuela, Nicaragua y algunos otros de menor importancia.
Los saldos del socialismo-comunista en América Latina, se han organizado en el Foro de San Pablo y luego Puebla, que reúne a políticos de gobiernos de corte izquierdista, que mantienen gobiernos que conviven con algunos principios de la democracia liberal, pero que no son del todo democráticos.
Los regímenes de gobierno socialista-comunista, luego de 70 años desde la revolución bolchevique, fracasaron, pues sus pueblos, si bien no morían de hambre, todos eran medianamente pobres y llevaron una vida de restricciones que influyeron para el derrumbe del sistema socialista. Quien fue máximo dirigente del Comité Central del partido comunista de la ex Unión Soviética, elegido en el XX Congreso del Partido en 1956, dijo: “¿Qué tipo de comunismo es este, en el cual no hay dulces ni mantequilla?
Le economía estrictamente planificada del sistema socialista de los planes quinquenales, consiguió a marchas forzadas industrializar a la URSS, pero descuidó la agricultura, debido a la expropiación de la pequeña propiedad de los campesinos. Durante los primeros años de la revolución socialista, perecieron millones de individuos de hambre, otros millones por la lucha armada de la resistencia contra revolucionaria de los “blancos”, y se calcula en alrededor de veinte millones de vidas que fueron segadas por la dictadura stalinista, con sus purgas internas dentro del mismo partido comunista, de los oficiales del ejército, y de todo atisbo de disconformidad con el régimen. Los campos de trabajos forzados o “gulags”, por su dura vileza, dieron lugar a exitosas obras literarias.
Los derechos humanos, las libertades y derechos fundamentales de los individuos, como a expresar libremente sus ideas, a la propiedad privada, la elección de trabajo, de residencia, de acceso a la educación libre, de elegir y ser elegido en elecciones libres, de organizar y participar de organizaciones diversas etc., fueron absolutamente borrados de la cultura ciudadana que vivió y vive aún, en regímenes policiacos donde la persecución y sanción a los disidentes, es la regla.
Aun hoy perviven resabios del socialismo-comunista en muchos grupos políticos del mundo, en especial en nuestra América, que llegan al poder por la vía del voto popular democrático, pero una vez en el mismo, instalan regímenes de gobierno autoritarios, que han llevado a su población a emigrar, debido a la carencia de bienes, servicios y, fundamentalmente, empleo.
Ya lo dijo el histórico líder de la lucha anti nazi de Inglaterra, Winston Churchill: “Dicen que el socialismo es la doctrina de la igualdad, ¡sí! de la igualdad en la pobreza”.

El autor es Abogado, Politólogo, escritor y docente universitario.

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