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La Paz debe trabajar para garantizar agua en el futuro

Las 10 represas que tiene La Paz pueden almacenar, todas juntas, un total de 62,81 millones de metros cúbicos de agua. Hace pocos días, el interventor de la Empresa Pública Social de Agua y Saneamiento (Epsas), Bladimir Iraizos, señaló que las represas para La Paz y El Alto tienen acumulados 42 millones de metros cúbicos (MMC), el 73% de lo que pueden guardar.
Para asegurar el abastecimiento de agua en La Paz se cuenta con 10 embalses: Los cinco antiguos son: Tuni, Incachaca, Hampaturi, Ajuankhota y Milluni; y los cinco nuevos: Hampaturi Alto, Janko Khota, Pampalarama, Chacaltaya y Alpaquita. Además, hay tres presas menores que en 2016 prácticamente desaparecieron, pero que ahora se recuperan: Kinkillosa, Estrellani y Sora Jahuira.
Los paceños no debemos olvidar la crisis del agua que vivió La Paz en 2016, debido a la fuerte sequía que azotó al país.
Todos quienes vivimos en esta ciudad debemos extremar esfuerzos para reducir nuestro consumo de agua en forma razonable.
De acuerdo con un estudio de la UMSA de 2019, no estamos muy alejados del consumo europeo. En el municipio de La Paz, al día, cada persona consume entre 100 y 150 litros de agua, mientras que en El Alto está entre 50 a 60 litros, que se explica porque muchos alteños realizan sus actividades en la sede de Gobierno y la joven urbe es como una ciudad dormitorio.
En noviembre de 2002, el Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales de la Asamblea General de las Naciones Unidas adoptó la Observación General N° 15, sobre el derecho al agua. El artículo I.1 establece que “El derecho humano al agua es indispensable para una vida humana digna”. La Observación N° 15 también define el derecho al agua como el derecho de cada uno a disponer de agua suficiente, saludable, aceptable, físicamente accesible y asequible para su uso personal y doméstico.
Este reconocimiento formal del agua busca estimular a la comunidad internacional y a los gobiernos para que redoblen sus esfuerzos para satisfacer las necesidades humanas básicas y para la consecución de los Objetivos de Desarrollo del Milenio.
El problema mundial del agua es grave y nos deja una alternativa: o nos adaptamos; o nos quedaremos sin agua.
– En Monterrey (México), hay racionamiento de agua; Santiago de Chile está cambiando sus plantas ornamentales; Panamá construye pozos por cientos.
– La escasez de agua en el Rin amenaza la economía alemana.
– Los principales ríos de Europa tienen el menor nivel de agua registrado en muchos años.
– El agua escasea en cada vez más regiones del mundo.
– Hungría, Serbia y Bulgaria no pueden navegar por el Danubio, porque en este río se han formado islas de arena.
– Más de 400.000 personas fueron afectadas por la sequía en Cuba.
– El informe de “Impactos, adaptación y vulnerabilidad” preparado por un grupo de Expertos sobre el Cambio Climático, señala que Centroamérica y América del Sur son las regiones más vulnerables al cambio climático.
– Son más frecuentes temperaturas superiores a los 40 grados, nevadas inusuales, incendios forestales y ríos secos, muestras visibles del cambio climático.
– En el África Subsahariana rural, millones de personas comparten las fuentes de agua con los animales o dependen de pozos sin protección.
– La distancia media que camina la mujer en África y en Asia para recoger agua es de 6 kilómetros.
– El uso medio de agua es de 200 a 300 litros por persona y día en la mayoría de los países en Europa frente a los menos de 10 litros en países como Mozambique.
– Para 884 millones de personas en el mundo que viven a más de un kilómetro de una fuente de agua, el uso es normalmente inferior a 5 litros al día de un agua insalubre.
En la tarea de cuidar el agua, el gobierno tiene su parte. Epsas calcula que 1,7 millones de metros cúbicos al mes, equivalente al 23,9% de la oferta total de agua en La Paz, se los pierde por filtraciones, roturas de cañerías y conexiones clandestinas.
Renovar las cañerías demanda mucha inversión, que no tiene Epsas, más aún si tiene una de las tarifas más bajas por el servicio de agua potable, de 1,78 bolivianos por metro cúbico (1.000 litros).
No olvidemos que ya en 1995, Ismail Serageldin, entonces vicepresidente del Banco Mundial, señalaba: “Si las guerras del Siglo XX fueron por el petróleo, las guerras del próximo siglo serán por el agua”.

El autor es Economista, licenciado en la UMSA, doctorado Ph.D. en Relaciones Internacionales de la Universidad del Salvador de Argentina, Académico de Número de la ABCE y presidente del Directorio de la UREAL.

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