Huelga en Perú afecta a Bolivia

El manejo empírico de la política produce absurdos y sus resultados no solo son absurdos, sino también risibles, tal es el caso de una huelga en el sur de Perú, a partir de Arequipa, que dura casi dos meses y no ha causado mayor daño al gobierno peruano –contra el que está dirigida– sino que tiene consecuencias graves y múltiples para la vida de Bolivia, su país vecino, que nada tiene que ver con el entrevero político que implica el derrumbe de un gobierno populista.
Efectivamente, los llamados movimientos sociales peruanos se lanzaron a una huelga ya indefinida, en protesta marcharon hacia la ciudad de Lima, la tomaron con miles de marchistas, produjeron desórdenes de diverso tipo y, finalmente, no lograron los objetivos políticos que buscaban y tuvieron que retornar a sus puntos de partida, lamentando haber perdido energías y tiempo.
Entretanto, el gobierno de Lima resultó fortalecido y luego de poner en retirada a los huelguistas, estabilizó su situación con amplio apoyo de las fuerzas armadas y policiales y no menos de la población que encontró en la flamante mandataria una autoridad capaz de llevar adelante el objetivo histórico para el que fue electa.
Pero el mayor peso de esa crisis no lo soportó Perú, sino que lo está padeciendo Bolivia, pues, al parecer, los llamados movimientos sociales han dirigido sus miradas hacia el sur, han bloqueado los caminos, han paralizado el transporte de cientos de trailers que hacían servicios regulares de ida y vuelta entre las dos naciones. No solo eso, paralizaron el comercio, detuvieron miles de toneladas de carga hacia el norte y grandes cantidades de alimentos para la población boliviana, por una crisis de alimentos que es aliviada con productos peruanos que entran a nuestro país, sea por comercio legal o ilegal.
Por esa movilización social alrededor de setecientos camiones de carga quedaron en los caminos, bloqueados por la huelga, con carga de más de cien mil toneladas, lo que determinó que los transportistas bolivianos sufrieran pérdidas por cerca de 300 millones de dólares, amén de hacer referencia a la escasez de productos en el mercado de consumo boliviano, hecho que causó alza de precios y malestar en la población y el gobierno.
Pareciera que, finalmente, los mentados movimientos sociales de referencia más estuviesen interesados en afectar la estabilidad política boliviana que a la peruana, porque se trata de movilizaciones espontáneas, sin conducción partidaria, sin objetivos de alguna naturaleza, solo inspiradas por sueños utópicos de demagogos que quieren pescar en río revuelto.
Tan contradictorios resultados son visible resultado de la conducta de personajes venidos a menos y aun analfabetos, cuya peculiaridad es lucir sombreros que causan hilaridad.