Por: Equipo Editor
Siglo XIX antecedentes históricos
El siglo XIX abarca un periodo de tiempo que comienza a partir del año 1801 y termina en 1900. Se caracteriza por ser un periodo de grandes cambios en la ciencia, la economía, la política, la filosofía y el arte. En el campo de la ciencia y la medicina se separan las creencias místicas y los tratamientos alternativos para dar paso a nuevas teorías y prácticas médicas. Por ejemplo, la teoría germinal fue demostrada en la segunda mitad del siglo XIX por Louis Pasteur, la cual propone que los microorganismos son la causa de una variedad de enfermedades. Charles Darwin también fue un personaje importante que influyó al desarrollo de la ciencia con su obra “El origen de las especies”. En el campo de la política también se vivieron grandes cambios como el comienzo de las luchas independentistas en América Latina. A mediados de este siglo (1879 a 1883) se desarrolló la Guerra del Pacífico entre Chile, Bolivia y su aliado Perú, en la que perdimos el Litoral y nos convertimos en un país sin mar. Finalmente, en el campo artístico, el realismo literario generó un quiebre con el romanticismo del siglo anterior (XVIII), el cual propone nuevos rumbos en el camino artístico.
Durante el siglo XIX, inventos como la locomotora, el cinematógrafo y el comic provocaron cambios importantes para la sociedad de aquel entonces. El cinematógrafo fue desarrollado por los hermanos Lumière, quienes idearon una máquina capaz de filmar y proyectar imágenes en movimiento, este invento permitió el posterior desarrollo del cine. El comic o historieta también se desarrolló a finales del siglo XIX, su inventor se llamaba Richard Outcault y era de nacionalidad americana.
El realismo
El realismo fue una corriente artística e ideológica que surgió a mediados del siglo XIX. Esta corriente tenía como principal objetivo dejar atrás el idealismo romántico del siglo pasado y transmitir la realidad de manera exacta y sincera. El género literario más representativo de este periodo fue la novela. La principal preocupación de un escritor realista, era retratar a un personaje corriente cuya vida no reflejaba nada fuera de lo común. Para lograrlo debía documentarse rigurosamente con datos que le ayudaran a reflejar un ambiente real. Así mismo, el escritor realista describía intensamente la psicología de sus personajes con datos que los conseguía gracias a la observación. El lenguaje que sus personajes usaban correspondía y representaba claramente al lugar del que venían, así lograba que los lectores de aquellas novelas entendieran su contenido y se identificaran con sus personajes. Los escritores realistas más conocidos son: Fiódor Dostoievski (Rusia), Gustave Flaubert (Francia), Stendhal (Francia), Honore de Balzac (Francia), entre otros.
Literatura Fantástica
Es difícil situar a la literatura fantástica en un determinado tiempo, ya que a diferencia de otras manifestaciones literarias que respondieron a las exigencias de sus respectivos momentos históricos, la fantasía ha estado presente desde siempre en la literatura mitológica y religiosa. Por ejemplo, El poema de Gilgamesh es una narración escrita en verso que data del año 1400 a. C. y que cuentan con elementos fantásticos. A mediados del siglo XVIII (1700) se publicaron las primeras novelas consideradas fantásticas “propiamente”, y a comienzos del siglo XIX (1800) se publicaron novelas como, Frankenstein escrita el año 1818 por Mary Sheller y Drácula escrita por Bram Stoker en 1897, que son puntos de referencia en la literatura fantástica. Sin embargo, a finales del siglo XIX, en la decadencia (descenso) del modernismo, la literatura fantástica vivió su momento más importante.
De igual manera, en Latinoamérica el subgénero fantástico se desarrolló plenamente un poco después del modernismo. Rubén Darío y Leopoldo Lugones, ambos modernistas, contribuyeron con obras como “Las fuerzas extrañas” y “Los raros”. Horacio Quiroga, Jorge Luís Borges, Julio Cortázar, Alejo Carpentier, Bioy Casares, son algunos escritores latinoamericanos que desarrollaron la técnica y dieron paso a lo que posteriormente se llamaría Realismo Mágico.
Al contrario de lo que pudieras pensar, el cuento fantástico no cuenta historias de demonios ni de vampiros o extraterrestres, sino son relatos construidos a partir de un punto de vista realista, por lo que siempre comienzan contando algo cotidiano y natural, que en un momento inesperado se verá interrumpido por un suceso sobrenatural o natural. El cuento que inicia esta unidad, titulado “El almohadón de plumas”, es un claro ejemplo de las características que veremos a continuación.
Las principales características del cuento fantástico son:
- Contar un hecho sobrenatural, pero en un mundo real como el nuestro.
- Presentar elementos sobrenaturales que alteren el común transcurso de la vida.
- Ausencia de personajes extraños.
- Provocar incertidumbre en el lector.
- Existencia de elementos terroríficos.