Responsabilidad de todos

Las responsabilidades para todas las personas del mundo son grandes y graves debido a que, año por año, problemas y demandas de la vida se presentan con mayor fuerza. El hombre se encuentra ante declaración de guerras, crisis alimentarias, problemas de toda índole que dificultan el diario vivir y, tal vez lo más grave, es que hay indiferencia, nomeimportismo y frialdad para encarar la diversidad de situaciones que se traducen en la vida de los hogares, cuyos responsables no saben cómo conducir o, peor, qué remedios encontrar para evitar sufrimiento de niños, mujeres y ancianos que son las mayores víctimas de la pobreza y del subdesarrollo.
El tiempo, así como llega, pasa; la vida transcurre dejando heridas en quienes padecen alguna enfermedad o se ven obligados a soportar situaciones muy difíciles inclusive para los que nada o poco tienen y los poseedores de algún bienestar demoran en reponerse de angustias complicadas por diversidad de dolencias. Las naciones, atacadas por situaciones de orgullo, soberbia y petulancia transcurren por estados críticos por no encontrar formas, medios o razones para hacer frente a complicaciones que aumentan y que se agravan por la presencia de situaciones en que las angustias padecidas por males del cuerpo traen aparejados los males morales.
Los productores y fabricantes de armas cada vez con mayor capacidad para matanzas masivas de pueblos que producen regueros de sangre hasta el momento de ocupar sitios en cementerios si encuentran espacio en lugares que fueron nido de bombas o espacios aptos para ser nuevas porciones de tierras desérticas; tierras previstas para producir alimentos que ayuden a vivir o campos apropiados para pruebas nucleares o para comprobar la eficacia de nuevos armamentos que no tardarán en probar el sabor de campos destinados a ser regados con agua y recibieron sangre en sus entrañas. Trágica situación que espera muchas mañanas para comprobar cómo se vivirá y qué destino se tendrá, sea para vivir o simplemente para existir; pobre planeta Tierra, creado por Dios para solaz y dicha del ser humano, que los hombres convierten en campos aptos para la muerte.
¿Qué sentir, pensar o esperar en un mundo donde la esperanza de mejores tiempos de vida se convierte en desesperanza? ¿Qué esperar de hombres y naciones que parecen esperar la salida temprana del sol de vida de cada persona y encuentran pocas posibilidades de contar con ese sol que Dios puso para unidad y bienestar, pero que los hombres lo convirtieron en campos de muerte?