Grave panorama de la agricultura

El panorama agrario del país, del cual depende la alimentación de la población, ha adquirido un nivel poco menos que catastrófico, con el agravante de que el asunto sigue creciendo y no es objeto de interés de las autoridades nacionales, responsables de esa desgarradora realidad.
En efecto, haciendo un diagnóstico nacional en líneas generales, se tiene que la región andina e interandina del país, es decir, un tercio del territorio que producía los alimentos necesarios para abastecer normalmente las necesidades del consumo de la población del país, ha dejado de producir sustancialmente alimentos. La prueba está en que desde hace décadas numerosos campesinos migraron a las ciudades y el exterior y dejaron fuera de cultivo alrededor de 500 mil hectáreas de tierras cultivables, que hoy se convierten en arenales.
Cosa parecida ha sucedido en los valles y yungas, que eran considerados como la despensa para alimentar a las ciudades y minas del altiplano. donde el abandono de la tierra es casi total. Ni qué decir el valle de Cochabamba, cuya producción cayó por lo menos en 70 por ciento. La inseguridad en la propiedad de la tierra ha producido en últimos años más de 800 avasallamientos, sin solución.
En cuanto a la región oriental, la Reforma agraria de 1952 permitió el cultivo de más de un millón de hectáreas fiscales, consiguiendo resultados notables. Pero ahora la inseguridad jurídica, al igual que en las otras regiones del país, está produciendo desaliento entre los agricultores y la consiguiente caída de la producción y amenaza de colapso, problemas creados por la legislación agraria de Reconducción comunitaria de la reforma agraria vigente y, en especial, de la Constitución.
Esa crisis agraria, además de la migración a las ciudades, el abandono de la tierra, la desertificación, la falta de abastecimiento a zonas urbanas, el contrabando de alimentos, etc., está causando enormes perjuicios y el hambre de las familias de agricultores, enfrentamientos entre campesinos, allanamientos de haciendas y un grande número de problemas que crecen como bola de nieve, anunciando una catástrofe alimenticia. Sin embargo, las autoridades no toman cartas en el asunto.