lunes, abril 29, 2024
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Reclamos por raciones del desayuno escolar

Es indignante manifestar que, en muchas escuelas del país, existen niños, niñas y jóvenes estudiantes que viven todavía en pobreza. Para ellos, aún parece estar muy lejos ese anuncio de “hemos salido de la pobreza extrema”. Esto sucede especialmente en área provincial y ciudades intermedias departamentales; los escolares esperan con ansias su desayuno, consistente en el mayor de los casos en ración sólida (pan), acompañado de su ración líquida (yogurt).
Un pedazo de pan o unas cuantas galletitas con su sachet de yogurt o leche, sacian diariamente el hambre de miles y miles de estudiantes de nivel inicial, primaria y secundaria. Es sabido que en cada curso hay niños que esperan y viven solo con el desayuno escolar. Esa es la realidad alimentaria que tenemos, a pesar de que los gobernantes se vanaglorian aduciendo que hemos salido de la pobreza. Ahora, queda junto al maestro y representantes de los consejos educativos, esperar la entrega oportuna del desayuno escolar para calmar el crujir estomacal de los estudiantes en hora de clases.
El desayuno escolar, conocido también como “alimentación complementaria”, que los Gobiernos Autónomo Municipales, distribuyen a los estudiantes del Subsistema de Educación Regular, durante toda una gestión escolar, consiste en ración sólida (galletas) y líquida (leche), que lógicamente es muy apreciada y esperada de lunes a viernes por los estudiantes, para compartir junto a sus profesores en hora de recreo.
En el último conflicto de los padres de familia y Gobierno Municipal de la ciudad de El Alto; uno de los representantes encaraba a la señora alcaldesa, Eva Copa, que el desayuno escolar que entregan en Achocalla y Viacha: “es mejor que la que se distribuye en El Alto, ¿por qué?…”; cuestionando la calidad de los productos y variedad constante que debe existir en la distribución del desayuno escolar. Asimismo, una madre protestaba con mucha energía y razón: “nuestros niños ya no quieren consumir el desayuno escolar, porque es de mala calidad, leche mezclada con agua, todos los días es lo mismo…”.
Como consecuencia de estos reclamos, sectores en conflicto acordaron el cambio de la empresa proveedora (EMAPA por San Gabriel). Los primeros días como para calmar las protestas de los padres de familia, distribuyeron raciones medianamente aceptables al gusto y paladar de los estudiantes. Pero, luego, hemos vuelto al mismo problema, hay días que solo entregan ración líquida, a veces ración sólida con el justificativo de que completaran otro día raciones faltantes, generando inseguridad alimentaria de los alumnos.
El problema del desayuno escolar persiste en las escuelas de la ciudad de El Alto, profundizando aún más con las restricciones y entregas informales que realizan los carros distribuidores. Por eso, ahora no solamente se cuestiona la calidad del desayuno escolar, sino la reducción a su mínima expresión de los productos, lo que genera inconformidad y desconfianza en los estudiantes. Uno de ellos decía: “consumo mi desayuno escolar y me da más hambre”. Seguramente, esta reducción se debe al argumento engañoso de falta de presupuesto municipal para cubrir gastos del desayuno escolar.
Sin embargo, la política de distribución del desayuno escolar en forma gratuita y de calidad, es una medida estatal que de alguna manera cubre la necesidad alimentaria de los estudiantes. Además, por constituir los niños prioridad y “bien mayor del Estado”; el gobierno central sin escatimar esfuerzo alguno debe asignar mayor presupuesto a los gobiernos municipales y establecer reglamentación específica para evitar cuestionamientos y miramientos entre municipios, respecto a la calidad y cantidad nutricional que deben recibir los estudiantes de cada nivel.

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