domingo, mayo 5, 2024
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Gobierno de Israel y los riesgos de su horizonte político

En los últimos años Israel experimentó profundos cambios políticos. Después de más de una década, el gobierno del primer ministro Benjamín Netanyahu –líder del partido Likud o Consolidación– llegó a su fin luego de dos mandatos (1996-99, 2009-21). Tal vez por ello, las subsiguientes elecciones significaron una crisis política, y partidaria, sin precedentes para Israel.
En el inicio del fenómeno sanitario mundial Covid, por una polémica ley de servicio militar obligatorio para comunidades judías ultra ortodoxas, y denuncias de corrupción contra Netanyahu, Israel tuvo nada menos que cuatro elecciones en dos años (abril y septiembre 2019, marzo 2020 y mayo 2021).
Durante este tiempo, ante un inicial empate en votos entre Likud de Netanyahu y el partido «Blanco y Azul» de Benny Gantz, las facciones políticas del Knesset o Parlamento tuvieron mucha dificultad para formar un gobierno de coalición capaz de sacar al país del estancamiento electoral.
Al final, luego de varias maniobras políticas e intentos de alianza partidaria, dignas de una novela –e irónicamente gracias al apoyo del partido árabe «Ra´am» (Trueno) liderado por Mansour Abbas–, el Knesset pudo formar una coalición de gobierno con mayoría anti-Netanyahu.
El nuevo gobierno fue formado principalmente por la alianza entre Naftali Bennet del partido Yamina (Hacia la Derecha) –designado Primer Ministro–, Yair Lapid del partido Yesh Atid (Hay Futuro) –Ministro de Relaciones Exteriores– y Benny Gantz del partido Azul y Blanco –Ministro de Defensa.
A menos un año de formarse aquel gobierno de colación, Bennet y sus ministros se enfrentan a un primer desafío de seguridad nacional. Desde fines de marzo de este año y en menos de dos semanas se tuvieron cinco ataques palestinos contra policías y civiles israelitas. Unas 15 personas fueron asesinadas.
Por su parte, militares de Israel respondieron y asesinaron a 16 palestinos involucrados en los ataques incluidos sus familiares, y arrestando a muchos más. Más aún, hubo un «intercambio» de cohetes entre la Franja de Gaza (Palestina) e Israel, y la policía israelí intervino la mezquita Al Aksa por un altercado mientras turistas israelitas visitaban el Monte del Templo en donde 170 palestinos resultaron heridos.
Estos violentos eventos se dan bajo dos peculiares contextos.
Primero, a fines de marzo 2022 tuvo lugar en Israel la Cumbre Negev de ministros de Relaciones Exteriores de: Estados Unidos, Egipto, Emiratos Árabes Unidos, Bahréin y Marruecos. El encuentro simbólicamente tuvo lugar en Sde Boker; donde yace la tumba de David Ben Gurión, primer ministro y principal fundador de Israel en 1948. El evento es uno más en el proceso de normalización de relaciones entre Israel algunos países árabes que inició con los «Acuerdos Abrahámicos» 2020 en la presidencia de Donald Trump. Estos hechos son vistos por algunos entendidos como abandono o «traición» a la causa palestina, en la guerra de ocupación y anexión territorial israelí desde 1948.
Segundo, dichos incidentes también coinciden con el inicio de la festividad judía del «Pesaj» (salto) que celebra el éxodo judío de la esclavización en Egipto y la festividad musulmana del «Ramadán» (calor abrasador) que conmemora la primera revelación sobre el «Corán» (Recitación) que recibió el profeta Mohammed del ángel Gabriel.
Ante tales escenarios, propicios para la convulsión, queda la pregunta: ¿será este el prematuro principio del fin de aquel gobierno de colación que tanto costo formar? Si así fuera, ¿será posible que Netanyahu vuelva al poder?

El autor es Politólogo y Analista Internacional especializado en Medio Oriente.

alv.montenegro@gmail.com

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