“Festejos por el Día de la Tierra”, gran contradicción del ser humano

Cuanto más tiempo pasa, la humanidad peca de tener más contradicciones, de hacer lo que no debe y que, en sus consecuencias, afecta contra el planeta Tierra en que se vive, el único hogar que tuvieron y tienen muchas generaciones y que es probable no pueda aspirar a más, porque a los ahora vivientes y poseedores del mayor bien que se tiene con la naturaleza que hace de la Tierra el hogar que nada ni nadie podrá sustituir o, si ello ocurre, será en miles o millones de años.
El pasado día 23 de abril, por decisión de Naciones Unidas, se ha “festejado o conmemorado el Día de la Tierra” y se han efectuado actos de homenaje, como un hecho más que muestra, en franca contradicción de lo que diariamente ocurre: atentar contra la Tierra acrecentando todo lo malo que se le hace: más tiempo de guerras y desencuentros entre naciones y hombres, mayor destrucción de todo lo que posee como planeta y como obra de la civilización por decisión de todos los hombres, anulación de lo que la ciencia y la tecnología han hecho en miles de años, destrucción de lo mucho avanzado en bien de la humanidad y que diariamente se destroza por el estallido de bombas y por todo lo que se complota como para aniquilar la vida misma, por obstruir en el diario vivir la existencia del ser humano y por mostrar que todos los bienes que configura el planeta deben desaparecer.
Cuán contradictoria es la vida del planeta tan sólo por decisión e irresponsabilidad de quienes lo habitan por mandato de generaciones que han dislocado totalmente el sentido de la vida atentando contra la naturaleza que es dádiva de Dios para beneficio de todas las generaciones que pueblen un mundo tan contradictorio y difícil, un mundo que complota contra sí mismo al propiciar su destrucción y que en el día a día incrementa el uso de armas letales capaces de destruir todo el planeta en cuestión de minutos, un mundo llamado a habitar lo que bien se llamó el paraíso de Dios y que no podía tener otro destino que forjar la felicidad en aras de que todo sea perfecto.
Hoy se habla de “honrar” al planeta Tierra cuando lo que se hace es deshonrarlo y propiciar su destrucción, en vez de cuidarlo y preservarlo cuidando sus bosques, selvas, mares y aguas que manan de sus montañas y que dan vida a miles de millones de riquezas vegetales de todo lo que sirve como alimento del ser humano y, sobre todo, para crear medicinas que fortalezcan su vida corporal y espiritual, medicamentos que forjan la vida y bienestar humana.
Referirse al Día de la Tierra debería ser razón para liberarla de todo lo que atente contra ella, su naturaleza y su permanencia como bien inalienable de todas las generaciones; sin embargo, cada día es portador de más sufrimiento y muerte por guerras y matanza y destrucción de pueblos que, con sus habitantes que suman miles de millones de personas, quieren consolidar su vida en plenitud de armonía, amor y respeto entre todos, evitando que la insania de muchos hombres busquen su anulación de la faz del planeta.
Hoy, y desde hace más de un mes, la Tierra sufre lo embates de la invasión rusa a Ucrania que fue parte de lo que fue la URSS y que hoy la ambición de Vladimir Putin, el tirano y dictador ruso pretende anexar nuevamente al dominio de Rusia considerando a Ucrania parte indivisible de lo que fue durante el dominio comunista. Hoy, como muestra de lo que no se quiere mantener la paz y la concordia, la guerra asuela y junto a Siria, en guerra desde hace años, se pretende un retorno del comunismo.
Esta es, pues, la mejor forma de denigrar al planeta que siendo un país se pretende sea una simple dependencia rusa. Ante este cuadro, los pueblos inmersos en la libertad y la democracia, preguntan: ¿Lo que ocurre es parte de las reconquistas comunistas? ¿Por qué se pretende esclavizar a naciones que habían escogido ser libres en democracia? ¿Por qué, tiranías y dictaduras que habitan el mundo terrestre pretenden que, siendo libre en el concierto de planetas del universo, se convierta en siervo?