sábado, mayo 18, 2024
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Premio a los Derechos Humanos

El día 29 de diciembre del pasado año, en la sede de la Asamblea Permanente de Derechos Humanos, se realizó un acto de reconocimiento a los promotores de estos derechos, con la entrega del premio de la Orden “Amparo Carvajal Baños”, en homenaje a la presidente de esta asamblea, que hace cincuenta años está dedicada a la defensa de estos derechos; algunas organizaciones y personalidades de la sociedad civil recibieron esta distinción.
Precisamente el 10 de diciembre se conmemora la aprobación y puesta en vigencia por la Asamblea de las Naciones Unidas, de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, luego de las terribles dos guerras que ensangrentaron el suelo europeo, con la pérdida de diez millones en la primera y cincuenta en la segunda. En esas conflagraciones, como en otras. se ha cometido los más execrables atentados contra los derechos naturales del ser humano, en especial el derecho a la vida.
Los Derechos Humanos tienen su origen en la cuna de la cultura de occidente, la Grecia antigua, en la que la escuela filosófica de los “estoicos” de Zenón de Chipre, alrededor de 300 años antes de Cristo, proclamó que los hombres nacen con ciertos derechos naturales, en tiempos en que la esclavitud era considerada como cosa natural. Más tarde la escuela de “ius naturalis” dejó establecido que existen ciertos derechos que devienen de la naturaleza, que el hombre no los hace, en consecuencia, son perennes.
Como tales, los Derechos Humanos fueron proclamados en los primeros días de la Revolución Francesa el 28 de agosto de 1789 y por las Naciones Unidas en 1948, dándole ésta el carácter de normas internacionales, de tal manera que los individuos por el solo hecho de ser seres humanos, tienen el amparo de estos derechos internacionales, en cualquier lugar del mundo, sin consideraciones de alguna naturaleza, sea ideológica, religiosa, de sexo, nacionalidad, etc.
Son los Estados, representados por sus gobiernos, los que tienen que tutelar estos derechos, primero constitucionalizándolos y luego promoviendo, preservando y defendiendo estos derechos. Pero resulta que son precisamente los gobiernos de muchos Estados los que vulneran los derechos fundamentales del ser humano, persiguiendo, reprimiendo, coartando las libertades e imponiendo por la violencia dictaduras. Todavía millones de seres humanos están sometidos a gobiernos autoritarios, que los han llevado a la pobreza, la pérdida de su dignidad y la migración masiva.
Pensamos –y lo escribimos en estas páginas del Decano de la Prensa Nacional– que este siglo debía ser el de las plenas libertades, pero aún millones de individuos en muchos países padecen por falta de libertades y son sometidos al escarnio de las dictaduras, duras o blandas, pero dictaduras, de grupos corruptos en el poder que en nombre ideologías superadas por la historia oprimen, pero fundamentalmente por la ambición de poder desmedido de unos pocos.
Los Derechos Humanos están fuertemente ligados a la Democracia como sistema de gobierno y, como sostenemos nosotros, como sistema de vida, pues es en la democracia en la que los individuos pueden ejercitar sus derechos y libertades, con la sola limitación de los derechos ajenos, y no decimos de las leyes, pues los regímenes autoritarios aprueban leyes atentatorias contra los mismos Derechos de la Humanidad, en procura de mantenerse en el disfrute del poder.
Este año 2022 que comienza debiera ser declarado el “año de los Derechos Humanos”, de tal suerte que en los 365 días, se promueva la vigencia de estos derechos y todos y cada uno de los individuos que poblamos el planeta nos convirtamos en agentes promotores de los Derechos Humanos y la Democracia.

El autor es Abogado, Politólogo, escritor y docente de educación superior.

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