lunes, abril 29, 2024
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LOS HÁBITOS DE ESTUDIO

Son aquellas prácticas habituales que promueven el desarrollo cognitivo, así como la capacidad de aprender con menor dificultad nuevos contenidos y mejorar el rendimiento académico.

 

Los especialistas coinciden en que es bueno comenzar con esta actividad a temprana edad, desarrollando una rutina que idealmente se aplique todos los días, estableciendo para ello un horario fijo. A largo plazo, los beneficios de inculcar un hábito de estudio en los niños permitirán que ellos tengan espacios de dispersión, los que son muy importantes y que pueden verse reflejados en la convivencia familiar.

 

No se deben confundir los hábitos de estudio, que son las prácticas constantes de las mismas actividades; con las técnicas de estudio, que son procedimientos o recursos para lograr los objetivos educativos. Unos y otras, empero, coadyuvan a la eficacia del estudio. De un lado, el hábito de estudiar es necesario si se quiere progresar en el aprendizaje. De otro, conviene sacar el máximo provecho a la energía que requiere la práctica consciente e intensiva del estudio por medio de unas técnicas adecuadas.

 

Se considera el estudio como una compleja secuencia de acciones, por lo que es imprescindible llegar a contar con buenos hábitos de estudio, posibilitarán que una vez que el alumno ya no cuente con la guía permanente de sus docentes, pueda transformarse en alguien capaz de estudiar por sí solo, que es lo que se denomina estudiante con autonomía, además de que esos contenidos se acumulan en su memoria de largo plazo.

 

Se consideran malos hábitos de estudio: memorizar, tratar de incorporar el contenido a aprender a último momento, tratar de aprender en un lugar con poca luz, desordenado y ruidoso, ser desprolijo, estudiar cansado o con hambre, etc.

 

Los buenos hábitos, sin duda, ayudan a los individuos a conseguir sus metas siempre y cuando estos sean trabajados en forma adecuada durante las diferentes etapas de la vida.

 

Técnicas para la adquisición de hábitos de estudio

 

Es necesario hacer una descripción de aquellas actividades que nos permitan hacernos de buenos hábitos de estudio.

 

Crear una rutina diaria

 

Para crear una rutina diaria es necesaria la repetición por lo que se recomienda establecer tiempos y horarios para dedicar a la realización de tareas y estudiar, es importante que este horario sea sistemático y acorde a las necesidades y capacidades de cada estudiante.

Establecer un lugar fijo

 

Destinar un lugar dentro de la casa para este fin, el cual debe ser cómodo, silencioso, con buena iluminación y ventilación.

 

Planificar y organizar los materiales y tareas

 

Antes de comenzar es necesario jerarquizar los deberes, comenzando por realizar tareas y estudiar lo más difícil y requerirá más tiempo, para luego continuar con lo más sencillo. Es importante seleccionar con anticipación todos los materiales que necesitaré tales como libros, lápices, goma de borrar entre otros, así se optimiza el tiempo y se evitan distractores.

Utilizar estrategias de organización de la información

 

Con el fin de facilitar la incorporación de información relevante se recomienda, en primera instancia, realizar una lectura rápida del material de estudio para posteriormente aplicar estrategias tales como subrayar la información relevante, organizarla a través de un resumen o mapa conceptual, finalizando con el repaso y memorización de los conceptos.

Considerar pequeñas pausas dentro de la rutina establecida

 

El descanso es indispensable dentro de una rutina de estudio, procurar que éstas pausas sean activas, ojalá pararse de la silla, realizar estiramientos y respirar aire fresco. Evitar el uso de pantallas en los descansos y utilizarlas sólo como recurso para el aprendizaje.

Motivar reconociendo logros y cumplimiento de metas

 

Es importante monitorear el estudio de nuestros hijos/as así como también motivar y reforzar positivamente cuando logran cumplir con el plan de estudios pactado reconociendo su esfuerzo.

 

Hábitos de estudios para lograr mejores resultados

 

Ahora veamos algunas de las prácticas o actividades que permitirán mejorar los resultados obtenidos a través de la práctica de los hábitos de estudio adquiridos.

 

Establecer un horario

 

En la medida de lo posible, intenta estudiar siempre en un mismo periodo de tiempo. Por ejemplo, puedes estudiar por las tardes de 17:00 a 19:00 h. También puedes utilizar los momentos libres para repasar, pero es recomendable que la materia que requiere más esfuerzo se focalice en un horario concreto. Respetar el horario establecido, lo más posible, es clave para el éxito del logro de la disciplina al hablar de hábitos de estudio.

 

Crear un plan de estudio

 

Antes de ponerte a estudiar, diseña un plan de estudio. Fija las metas que deseas alcanzar y organiza el contenido que estudiarás en los siguientes días, semanas o meses, así como el tiempo que dedicarás a cada uno.

 

Descansar

 

Para que tu cerebro funcione correctamente, es importante dormir bien durante 7 y 8 horas. Durante el estudio también se recomienda hacer pausas cortas para desconectar y recuperar energías.

 

Estudiar en un espacio adecuado

 

Tener un lugar específico con las condiciones adecuadas para estudiar te permitirá concentrarte y rendir mejor. Debe ser un espacio ordenado, silencioso, bien iluminado y cómodo. Es necesario identificar y contar con un lugar para el estudio; sin embargo, al no contar con el mismo se ´puede adaptar un espacio que también tenga otro uso, como una mesa de comedor, una sala, un espacio en el dormitorio, etc. Lo importante es mentalizar y acostumbrar al cerebro a relacionar el lugar con el estudio.

 

Evitar distracciones

 

Cuando estés estudiando, es preferible reducir al máximo posibles distracciones como, por ejemplo, las notificaciones del móvil o el sonido de la televisión. Por eso es necesario fijar un horario determinado para programar nuestras actividades en base al mismo, de esta forma minimizar las distracciones e interrupciones.

 

Repasar regularmente

 

Distribuye las sesiones de estudio en varios días para ir avanzando de forma gradual. De esta forma podrás consolidar mejor los aprendizajes al tratar de recordar y repasar lo estudiado anteriormente. También puedes revisar tus apuntes al acabar cada clase para identificar posibles dudas a solventar con tus profesores o compañeros.

 

Adaptar la metodología de estudio al tipo de prueba

 

No todos los exámenes requieren la misma forma de estudio. Por ejemplo, un examen en el que debas desarrollar un tema requiere un estudio muy bien estructurado, que vaya de lo general a lo particular, priorizando el tener una visión conjunta del tema y una estructura bien definida. Sin embargo, los exámenes tipo test, donde las preguntas pueden versar sobre cualquier detalle, conviene prepararlos de forma acumulativa, para ir asimilando los conceptos en cascada, recordando más y más cosas a medida que vamos repasando las materias.

 

Emplear técnicas de estudio

 

Existen multitud de técnicas de estudio que facilitan el aprendizaje. Puedes encontrar de distintas modalidades: escritas, visuales, auditivas, etc.

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