viernes, abril 26, 2024
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Crítica a la política diplomática

El Derecho Internacional y la diplomacia son ciencias de la reciprocidad. Las relaciones o intercambios boliviano—chilenos son muy complejos. Ahora de modo subitáneo el gobierno de Luis Arce incluidos sus parlamentarios abogan por un intercambio de embajadores. Las relaciones fueron interrumpidas desde 1962 por el irresuelto caso Lauca, con un breve intervalo en los años 70. El relacionamiento bilateral se enrareció aún más cuando en la Corte Internacional de Justicia con sede en La Haya, el trasandino logra un fallo por el cual –según dicho Tribunal— no tiene obligación de dar a Bolivia acceso al mar. Esta sentencia conlleva el defecto de haberse alejado de la petición de tratar el tema bilateralmente, de buena fe.
Sin embargo, el gobierno de Luis Arce reconoce que la tan mentada agenda bilateral de los 13 Puntos no prosperó, pero se cuida de mencionar que se debió a las dilaciones estratégicas de la Moneda. Hace 10 años del fracaso de los 13 puntos que incluía el mar y la cuestión Silala. Por cansancio dio lugar a la conocida demanda. Ésta fue gestionada deficientemente por el gobierno de Evo Morales y se la acompañó con una serie de torpes declaraciones del mismo. Esta atmósfera influyó en el fallo final.
Ese contraste ahora se torna en una condescendencia diplomática de la Cancillería, hasta el extremo mencionado. Ambas cancillerías estarían acordando una nueva agenda, caracterizada por la exclusión del tema mar y Silala. Inclusive a nivel oficial se habla de un viaje del presidente Arce a Santiago para suscribir tales acuerdos. Tan desmesurado paso no condice con la dignidad nacional. Nadie descarta la posibilidad de un convenio de aspectos necesarios para el país, como garantizar el libre tránsito, el comercio y luchar contra el contrabando del que somos víctimas, además de otros. Este programa quedaría casi librado a la voluntad de los gobernantes chilenos.
Sobre la conducta diplomática de la plaza Murillo, asimismo se ha lamentado el voto en la ONU relativo a una resolución condenatoria tanto del genocidio como de la inobservancia de los derechos humanos, etc. El embajador ante la ONU secundó la posición de 15 países de connotada política represiva a toda oposición y de muy “malas pulgas” hacia el respeto a los derechos políticos, la tolerancia y la paz. En cambio, la resolución fue votada a favor por más de 100 países. Desubicación diplomática total.
Por otra parte, el Gobierno parece haber abandonado del todo la defensa de las aguas Silala, descuidando la designación del Agente y del Coagente ante la Corte Internacional de Justicia de La Haya. ¿Falta de personal diplomático apto o negligencia?

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