Fuerzas productivas caen junto con el PIB

El nivel de crecimiento económico del país ha sido siempre el punto de referencia para saber cómo está la realidad nacional y cómo deben proceder gobernantes y gobernados en ese contexto. Cómo se encara tal asunto en nuestro país ha sido objeto de críticas o elogios por diversos sectores sociales, lo que confunde a la opinión pública.
En el gobierno de Evo Morales el dato del crecimiento económico fue usado para propaganda partidaria, con fines electorales. Entonces los medios oficiales llegaron a insistir en que el crecimiento económico era alrededor del 6 por ciento, mientras varios economistas y organismos internacionales aseguraban que solo alcanzaba al 3 por ciento y que estaba bajando rápidamente.
Finalmente, la realidad que, como los números, no miente, confirmó que algunos datos no eran ciertos y se anunció que el PIB giraba alrededor del 4 por ciento. La noticia causó optimismo en los medios financieros, pero fue puesta en duda por la población y las empresas nacionales que aseguraban que esos datos eran prefabricados y que habían sido elaborados con estadísticas poco objetivas y solamente con fines de publicidad electoral.
En fin, los debates sobre ese nivel de crecimiento terminaron dando la razón a quienes dudaban de las cifras oficiales y se constató que la economía del país estaba en decrecimiento, en especial por el derrumbe de los precios internacionales de nuestras principales materias primas de exportación, como gas, minerales y algunos artículos agropecuarios.
Pero esas historias han quedado para los estudios de economistas que se ajustan a la verdad y ahora las cifras sobre el PIB son tan contradictorias como en el pasado y más tienden a ser aumentadas por los mecanismos propagandísticos oficiales o a ser disminuidas por economistas reconocidos e instituciones extranjeras.
Pero, veamos la realidad actual. Con relación a los antecedentes anteriores, viene a cuento la actual polémica entre el Banco Mundial (BM) y el Ministerio de Economía, que se contradicen diametralmente en sus pronósticos sobre el PIB del presente año. En efecto, el BM afirma que el crecimiento de tal indicador será solo de 1.5 por ciento, mientras el ministro del ramo asegura que será del 3.5 por ciento. Es decir que entre ambas afirmaciones hay nada menos que dos puntos.
Esos datos solo los puede confirmar la realidad y, según algunos pareceres, ambos registrarán niveles diferentes hasta fin de año, debido a que la economía del país se encuentra en la pendiente inclinada, por la parálisis paulatina del aparato productivo del país, excepto algunos casos de menor importancia.
Por otro lado, se menciona la anécdota sobre un enfermo que va al Ministerio de Economía para informar sobre su deteriorada salud y allí le dicen que, por el contrario, él está mejor que nunca. Entonces, el visitante siente optimismo, pero a poco ve que está empeorando su enfermedad, no tiene dinero para medicamentos, debe volver a consultar al médico o acudir a otro que le cobra más y su salud no da muestras de mejoría. Entonces, ¿a quién creer? Finalmente, después de poco tiempo, a pesar de los diagnósticos optimistas, el enfermo ha muerto.