martes, abril 30, 2024
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El filtrado de agua y la extracción de ADN ayudan en la cría de peces

Roseli Andrion

Con el apoyo de la FAPESP, una startup paulista desarrolla una solución para asegurar la prevención de enfermedades en la piscicultura mediante el monitoreo ambiental.

 

En busca de acotar las pérdidas en la producción de peces y garantizar la bioseguridad, investigadores de la empresa Sanipeixe, una startup con sede en el municipio de Pirassununga, en el interior del estado de Sao Paulo, Brasil, desarrollaron una solución con miras a promover la prevención de enfermedades en estos animales mediante el monitoreo ambiental. Para ello, el agua utilizada en la cría de peces es filtrada y analizada en una reacción de PCR en tiempo real (una técnica que permite hacer muchas copias de un área específica del ADN) a los efectos de detectar patógenos existentes en aquel medio.

La idea surgió de la experiencia de Tiago Milanin, coordinador de desarrollo de proyectos en Sanipeixe e investigador en el área desde hace unos 14 años. “En mis investigaciones de posdoctorado en Estados Unidos aprendí a aplicar una técnica de filtrado de agua de río. Entonces la traje a Brasil y fundamos Sanipeixe”, comenta. “Con base en esto, diseñamos el protocolo para efectuar el monitoreo en criaderos de tilapias”.

Aun cuando se la desarrolló para la tilapia, esta técnica, elaborada con el apoyo del Programa de Investigación Innovadora en Pequeñas Empresas (PIPE) de la FAPESP, puede aplicarse a otras especies de peces. “Los microorganismos patogénicos no atacan solamente a las tilapias”, señala Milanin. “Pueden estar presentes en diversas otras especies que se comercializan en Brasil y en el exterior”.

Al analizar la cadena productiva de la piscicultura, el monitoreo ambiental puede asegurar la higiene desde la producción de alevines —los animales aún en su forma embrionaria— hasta la venta de pescado al consumidor final. Al asegurar la calidad durante la cría, este método asegura también que el consumidor reciba alimentos más sanos. “En este segmento, la sanidad constituye uno de los principales obstáculos y puede llevar a la pérdida de alrededor de un 20 % de los criaderos”, dice el investigador. Según él, en términos de impacto en la producción brasileña, las pérdidas pueden llegar a 1.600 millones de reales anuales.

 

EL CONTROL DE PATÓGENOS

Una de las dificultades en la producción de peces consiste en identificar tempranamente si los animales están enfermos en el agua. “A diferencia de un animal vacuno, un porcino o un ave, que el criador ve cuando están enfermos, no es posible visualizar eso en los peces. Cuando empiezan exhibir signos clínicos derivados de infecciones bacterianas o virales, buena parte del criadero ya ha quedado comprometida.”

Por otra parte, con el test desarrollado por Sanipeixe es posible tener previsibilidad en este aspecto. Sucede que el productor puede ver qué patógenos están presentes en el ambiente en el que los peces están criándose y anticiparse en la toma de medidas preventivas.

De acuerdo con el investigador, este tipo de solución es inédita en Brasil y la startup no pretende ceñirse a los peces. “Pensamos estudiar en el futuro enfermedades en camarones o langostinos y en otros animales acuáticos.”

Mirele Poleti, biomédica e investigadora asociada en Sanipeixe, recuerda que el mismo concepto es válido para peces ornamentales, que suelen aparecer muertos en las peceras sin que sus cuidadores entiendan qué ha sucedido. “El monitoreo mensual permitiría la detección precoz de patógenos existentes en el ambiente acuático antes de que comprometan el criadero.”

 

BIENESTAR ANIMAL

Otro aspecto importante es el del bienestar animal. Y esto pasa por mantener un estanque limpio: es importante mantener la calidad del agua y adecuar la densidad de peces en el ambiente de acuerdo con la especie, subraya Milanin.

“Cuando el agua está sana, o no se encuentran presentes esas bacterias o las mismas aparecen en una concentración aceptable. Esta condición, aliada a prácticas que apunten al bienestar animal, promueve el ecosistema adecuado para el sano desarrollo de los peces”, sostiene.

Una de las acciones comunes del segmento es la aplicación de medicamentos preventivamente, muchas veces en forma genérica. Si el criador sabe cuáles patógenos se encuentran presentes en el ambiente, puede evitar el uso innecesario o incorrecto de estos fármacos. “¿Es necesario utilizar un determinado producto? ¿Hay bacterias allí? Y de haberlas, ¿se está aplicando el antibiótico correcto?”, cuestiona Milanin.

Esta preocupación es legítima, ya que estos medicamentos pueden no combatir a todos los agentes nocivos. “Hay bacterias que se mueren con la aplicación del antibiótico y otras no se mueren”. De ser éste el caso, puede evitarse el gasto con el producto químico.

Eso sin contar que el uso indiscriminado de estos fármacos tiene una relación directa con la salud pública: la resistencia de las bacterias a los antibióticos puede hacer difícil el combate contra las enfermedades en el futuro. “Es necesario recordar también la existencia de los residuos que se liberan en el medio ambiente”, afirma Poleti.

 

LA PROFESIONALIZACIÓN DEL SECTOR

Según los investigadores, la profesionalización de la piscicultura en Brasil es reciente. En los últimos años, la atención de los productores a la higiene del ambiente de cría de los peces ha venido aumentando considerablemente. “Es necesario asegurar la cría de peces sanos incluso para conquistar el mercado internacional”, apunta Milanin.

El diagnóstico de las enfermedades en los peces suele concretarse en forma visual, con base en signos clínicos de los animales cuando estos manifiestan la dolencia. En general, no se envían peces a los laboratorios de análisis; pero, cuando esto sucede, los dictámenes pueden tardar, ya que muchos laboratorios aplican el cultivo de bacterias en medios de cultivo. Esto genera a su vez otra dificultad: como el crecimiento de determinadas bacterias resulta difícil, se depende de medios de cultivo específicos. Asimismo, los análisis se concretan para cada patógeno por separado.

Por eso los investigadores empezaron entonces a preguntarse si un test de monitoreo ambiental preventivo para el diagnóstico de patógenos tendría aplicabilidad mercadológica. Y con base en este cuestionamiento, decidieron crear una solución que efectúa el análisis directamente en el agua donde se crían los peces. (Agencia FAPESP).

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