martes, mayo 21, 2024
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YLB, más corrupción

Jhonny Vargas

Es una organización criminal paralela al Estado, que se ha enquistado desde el 2005 hasta la fecha, a través de una estructura de mando ya establecida, lo que facilita el cumplimiento de las órdenes y transacciones que implican la realización de actividades ilícitas. YLB denuncia que 18 piscinas de planta de carbonato de litio están inutilizables y tardarán en operar al 100% de su capacidad. Por si fuera poco, hallan muerto al ex gerente de YLB, Juan Carlos Montenegro, implicado en el caso “piscinas de litio”. Todo esto es muy sospechoso, es el mismo modus operandi del famoso caso “Colodro” del extinto “Banco Fassil”. En pocas palabras: La corrupción denuncia corrupción en la industria del litio. Corrupción, nada más que corrupción.

No opinaré sobre lo que todo el mundo ya sabe, analizaré el futuro y haré una prospectiva de lo que sucederá, tomando en cuenta diferentes elementos de análisis. Comencemos: Lo que hará esta gestión de gobierno, es hacer lo que hizo la pasada administración del ex mandatario Evo Morales, contrataciones y licitaciones indebidas de empresas de reciente creación, en las que accionistas y empleados tendrán relación de parentesco con un “Capo”, en este caso el hijo del ex mandatario al parecer es el personaje en cuestión, quien habría influido en contratos de todo tipo, (litio, tierras, ganado y cargos públicos). La cosa se pone interesante cuando el ex mandatario utiliza esto para lavarse sus manos manchadas por la gran corrupción que hubo durante su gestión de gobierno.

Un dato relevante será que estas empresas, sean nacionales o internacionales, seguirán recibiendo recursos públicos del erario nacional, por concepto de “servicios”, mucho tiempo después de que sean dadas de baja por el Ministerio de Economía y Finanzas Públicas, por no haber sido localizadas. A dicho “Capo” político en cuestión, hay que añadir sus amigos, altos servidores públicos. Aquí entran los famosos “Chuquiago Boys”, que han conformado una red de corrupción que, obviamente, no actuarán solos, están siendo protegidos y realizan sus actos con impunidad, gracias a la protección de las famosas organizaciones o movimientos sociales del instrumento político. Subordinados y empleados públicos de menor rango de otras áreas, incluso hasta del propio Ministerio los ayudarán en sus actividades ilícitas. Bienvenidos, señores, al mundo de la corrupción en Bolivia.

Más de 2.000 millones de bolivianos fueron a parar a los bolsillos de la gran corrupción, haciendo más o menos un cálculo, sumando las administraciones de gobierno del ex mandatario Morales y la actual del presidente Arce Catacora. En estos casos la Contraloría debiera actuar de oficio, haciendo las denuncias penales ante el Ministerio Público, claro eso sucede en países donde existe Democracia e instituciones públicas independientes que hagan su trabajo. Claro, ese no es el caso de Bolivia, como siempre esto terminará en un alargamiento de las debidas diligencias e investigaciones, hasta que por poca memoria el público olvide el caso o aparezca otro mayor y más sonado que distraiga su atención. Las necesidades mismas de la corrupción, provocan que la ley sea letra muerta.

Quien desea prosperar en Bolivia, sabe que debe hacerlo al margen de la ley, se ha normalizado la corrupción, se ha vuelto algo cultural en nuestro país, pero el impacto de la corrupción se ha extendido más allá de la esfera pública, lo que impide el establecimiento de un Gobierno transparente y efectivo. El hecho de que Bolivia se quede sin dólares, más una sociedad complaciente con la corrupción, allana el camino para el retorno de Morales. Esperemos que no y que de una vez la sociedad boliviana tome conciencia de que con los mismos de siempre no puede haber cambio verdadero en nuestro país.

Hasta cuándo los cargos públicos serán comprados y vendidos, desde posiciones políticas, sindicalistas y por nuevos empresarios potentados que buscan proteger sus negocios ilícitos, muchas veces vinculados con el narcotráfico.

“En Bolivia la corrupción no existe sin el narcotráfico, de la misma manera que no puede existir la corrupción sin el tráfico de tierras, contrabando, trata y tráfico de personas, todo está relacionado con el Crimen Organizado Internacional”.

Anteponer el interés personal, para favorecerse así mismo, se ha convertido en una práctica común en Bolivia. En nuestro país hay islas de honestos dentro de un mar de corruptos, aquí no hay unas cuantas manchas de corruptos, sobre una sábana blanca de honestidad. Lamentablemente, la corrupción se ha generalizado en nuestro país, gracias al mal ejemplo de nuestros gobernantes, de la clase política y de las organizaciones sindicales y empresariales. Los círculos viciosos abundan en todos los niveles de gobierno, municipal, departamental y central. Existe una inmoralidad colectiva, sino somos capaces de aceptar esta realidad, el proceso de destrucción de una Nación ha sido completado. ¡Todos hemos pecado!

 

El autor es Politólogo y Docente de Postgrado.

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