lunes, abril 29, 2024
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Subida de precios está en las calles

Burócratas del Estado Plurinacional sostienen, a nivel nacional e internacional, que en Bolivia la inflación es baja, por lo que la situación económica del país no sería crítica, lo que ha causado asombro y ha dado vuelta por el mundo, en especial en América Latina. Esos “iluminados” funcionarios atribuyen ese resultado a la aplicación de “sabias” medidas económicas. Esa noticia del gobierno es, sin embargo, producto de la observación de los cuadros y tortas estadísticas de la macroeconomía y, sin duda, han dado lugar a la propaganda oficialista.
Sin embargo, la realidad en el país es muy diferente, pues hay una alta inflación que está en las calles y los campos, que no se puede negar, porque sería como querer tapar la luz del sol con una mano. En efecto, la inflación está en las calles y los protagonistas de ese problema también se encuentran en el pequeño comercio que inunda al país y lo mantiene en el atraso.
Sobre este asunto, el gobierno plurinacional, sostiene con fines de explotación propagandística, que el alza de precios llega, a lo más, a 2 por ciento, pero no toma en cuenta que la inflación callejera ha pasado, en promedio, el cincuenta por ciento en últimos meses. Y este problema se produce en el pequeño comercio, mediante los vendedores que invaden las calles, mercados, así como restaurantes, bares y algunos sectores de transporte.
En esos sitios, directamente se aumentó los precios de algunos alimentos alrededor del 50 por ciento o se mantiene las tarifas, pero ha bajado la calidad de los productos. En puestos callejeros la subida es del 30 por ciento; en bares entre el 30 y 40 por ciento en precios directos y en casi el cien por ciento en precios indirectos. En algunos distritos el transporte sube alrededor del 20 por ciento, a pesar de que aún no se ha autorizado oficialmente la subida de tarifas, etc. En general y como promedio, la subida de precios alcanza el 50 por ciento, como promedio.
En bares y restaurantes, un buen almuerzo con aperitivos valía entre 13 y 15 bolivianos y ahora subió a 17 bolivianos, pero la calidad de los mismos ha bajado y las porciones son reducidas. Su precio real debe ser el de hace dos años. Esa forma disimulada de subir precios es general y las víctimas son los trabajadores con sueldos esmirriados.
Como a esos niveles callejeros no llegan los supuestos funcionarios encargados de controles, en el país se afirma alegremente que no hay inflación y que la economía plurinacional marcha sobre ruedas. Pero de esa realidad que se observa en las calles nada se dice, por lo que es urgente que las autoridades recorran los lugares populares donde son ofrecidos alimentos y otros productos de consumo masivo.

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