lunes, abril 29, 2024
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Gobiernos derrochadores

Severo Cruz Selaez

En Bolivia no tuvimos gobiernos que signifiquen austeridad, salvo excepciones, sino derrochadores, de lo poco que teníamos. Prueba de ello, es que, en el pasado mediato, con afanes electorales, se despilfarraron los recursos provenientes de la venta de gas, en obras insignificantes o en aquellas conocidas como elefantes blancos. Se imponen hoy, en ese marco, miles de empleados públicos, con militancia en el oficialismo, cuyos salarios representan una millonaria erogación, en tiempos de crisis. Fueron denunciados, y esto es público, hechos sonados de corrupción, que se constituyeron en una sangría de las arcas del Estado. Se ha malgastado el dinero, asimismo, en movilizaciones. Es que nadie se moviliza con recursos propios. Alguien tiene que costear pasajes, estadía, coca, cerveza, conjuntos artísticos, bandas de músicos u otras diversiones.
Bolivia no es un país pobre. Lo han empobrecido, con tales hechos los políticos de diversas tendencias. Éstos que utilizaron la falacia, para alcanzar sus objetivos. Bolivia posee recursos naturales, renovables y no renovables, como otras naciones vecinas. Muchos de aquellos son exportados, indudablemente. Atraen divisas, por lo tanto, en momentos, que éstas escasean. En el oriente y occidente, tenemos, por cierto, recursos del suelo y del subsuelo que nos permitirán responder a los retos del futuro. Tenemos con qué defendernos y con qué sobrevivir. Pero las vacilaciones y los retrocesos de quienes se ocupan de política, a tiempo completo, parece que nos conducirán a la ruina total, si no cambian de actitud y mentalidad, a favor de los supremos intereses nacionales. A favor de la gente necesitada, que, día tras día, ve afectada su economía, por la escalada de precios de algunos productos de la canasta familiar. Y porque “hace tiempo, que el poder adquisitivo del boliviano ya perdió terreno, en un 16% aproximadamente” (1), conforme reiteraron, los economistas.
Bolivia, según relata la historia, tuvo un periodo de bonanza económica, resultado del auge gasífero. Un periodo considerado, por los países y medios de la región, como el milagro boliviano, que reflejaba, indudablemente, los altos precios de los commodities (2). Pero que fue desaprovechado, por la miopía de los gobiernos de turno. Éstos no fueron visionarios, sino calculadores, conveniencieros y oportunistas, en función de sus propósitos particulares. De veras que en política intervienen bellacos, dementes e ineptos. Jamás asumieron, por lo visto, prudencia y moderación, a fin de tomar previsiones, para el venidero. Y ahora Bolivia se encuentra en un estado caótico, en materia económica, con escasas probabilidades para avanzar hacia la certidumbre.
En suma: de veras que quienes ejercitan la política, o viven de ella, han empobrecido a Bolivia, mediante el entreguismo, la corrupción, el latrocinio y otros actos indebidos.

NOTAS
(1) “Critican declaraciones del Presidente sobre economía”. EL DIARIO, La Paz – Bolivia, 30 de marzo de 2024.
(2) “Economía nacional con cifras rojas”. EL DIARIO, La Paz – Bolivia, 22 de octubre de 2019.

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