Locaciones y diseño de producción de Abigail

La histórica Glenmaroon House, situada en las afueras de Dublín, en el próspero suburbio de Castleknock, representó a la mansión Wilhelm de Abigail. En la película, los secuestradores quedan impresionados por la fachada neotudor de la casa y se sienten atraídos por su gran hall de la entrada, pero descubren que algunas partes de la mansión son traicioneras y están mal cuidadas. Al igual que la villana de la película, la mansión Wilhelm oculta oscuros y mortales secretos. “Está la cara pública de la casa —y luego los sectores inferiores”, explica el director de locaciones EOIN HOLOHAN (The Banshees of Inisherin).
• Holohan no necesitó ir muy lejos en su búsqueda de posibles locaciones para el rodaje de Abigail, ya que Glenmaroon House, la antigua residencia del vástago cervecero Arthur Guinness, satisfacía casi todas las necesidades de la producción. A los cineastas, particularmente al director Tyler Gillett, les encantó. “Todos respondieron de manera positiva a Glenmaroon House de inmediato”, señala Holohan. “Fue una de las favoritas en cuanto llegamos. Tyler me recordó a un niño cuando llegamos a la casa; se puso a grabar videos de un montón de pasillos y habitaciones. Estaba realmente entusiasmado”.
• El productor William Sherak dice que la decisión de rodar en Irlanda, que había acogido varias producciones anteriores de Universal, se debió en parte a los talentosos y experimentados equipos de producción locales, y a los generosos incentivos fiscales. La casa histórica cerró el trato. “Tratar de encontrar una mansión antigua de gran escala que parezca estar en los suburbios de Massachusetts o Nueva Inglaterra, algo lo suficientemente antiguo y realmente grande y palaciego, no es que haya montones de ellas por ahí”, explica Sherak. «Es increíble que de verdad exista”.
• La emblemática propiedad consta de dos edificios principales conectados por un puente terrestre. Inicialmente, Guinness compró la estructura más antigua, Knockmaroon House, como vivienda familiar. En 1904 construyó Glenmaroon House, principalmente para entretener a la alta sociedad irlandesa. La residencia, de una grandeza arquitectónica asombrosa, estaba lujosamente decorada con paneles de madera, hermosos vitrales e incluso había una piscina cubierta.
• La diseñadora de producción Susie Cullen, conocida por su trabajo en las miniseries Sexy Beast y Little Women, se inspiró desde la gran entrada. “Una de las cosas que teníamos que hacer era mantener el tono del recibidor, que tiene paneles de madera y es bastante taciturno”, dice Cullen. Para un pasillo interior, creó murales que representaban a Abigail en actos de extrema violencia. “No se pueden ven los horrores dentro de las pinturas, pero si la cámara se posara en ellas, se vería que el contenido era algo inapropiado”, explica Cullen.
• La diseñadora de producción cubrió muchas de las paredes de la propiedad para crear un interior adecuado para un vampiro, evitando la exposición a la luz solar. También diseñó rejas para las ventanas que dan al frente de la casa que se pudieran cerrar, para dejar atrapados sin salida a los secuestradores.
• Dada la importancia arquitectónica de Glenmaroon House, cualquier cambio que la producción deseara hacer requería el permiso del arquitecto conservacionista MICHAEL BOYLE. “Cada clavo tenía que ser aprobado, cada arreglo debía ser aprobado, las pinturas que usamos necesitaron aprobación”, expresa Cullen.
• Para las pocas secuencias que no se podían rodar en Glenmaroon House, Cullen diseñó sets manteniendo la estética de la casa, incluyendo una cocina, un extinto montacargas en el sótano donde Abigail es sometida brevemente, y una gran biblioteca. Construidos en estudios cercanos, los sets ofrecieron flexibilidad a los cineastas a la hora de iluminar y capturar varias escenas llenas de acción, desde ángulos ideales. “Se trata de crear espacio suficiente para el movimiento de la cámara, ofreciendo un poco de profundidad e interés”, dice Cullen.
• Tanto la escena del atraco como la de persecución que le sigue se rodaron en la zona portuaria de Dublín, donde la arquitectura ultramoderna mira hacia el río Liffey; se eligió esta zona por su parecido con “una gran ciudad estadounidense”, explica Holohan. La producción se apoderó de las calles locales durante tres noches, en las que se cerró el paso a los automovilistas irlandeses de esa concurrida zona. Para escenificar de forma creíble una secuencia de persecución ambientada en Estados Unidos hubo que invertir el flujo de tránsito, ya que los irlandeses conducen por el lado izquierdo de la calle.