domingo, mayo 19, 2024
InicioSeccionesOpinión¿Quién está loco de verdad?

¿Quién está loco de verdad?

Ernesto Bascopé Guzmán

Se ha puesto de moda entre ciertos intelectuales y analistas bolivianos afirmar que Javier Milei, el presidente argentino, está aquejado de alguna forma de locura. Es por esta razón, nos dicen, que conviene ignorar las ideas del excéntrico economista, pues éstas serían o irracionales o delirantes. Esta conclusión lapidaria se basa únicamente, como era de esperarse, en un estudio superficial de los hechos y en la repetición de lugares comunes. A eso se ha reducido el rol de los intelectuales bolivianos.
Nada nuevo hay en esto de psicologizar al adversario ideológico. De hecho, es la salida más fácil y cómoda cuando no se quiere pensar o, peor aún, cuando la realidad no se acomoda a los propios prejuicios. Sin embargo, esta actitud despreocupada es un lujo que nuestra sociedad ya no puede permitirse, considerando la grave crisis que atravesamos.
Observemos los hechos sin apasionamiento, tomando algunos datos del mundo real. Notemos, por ejemplo, que el riesgo país de Bolivia es, desde hace un par de meses, más alto que el de Argentina. En el continente, sólo Venezuela tiene cifras más altas.
El riesgo país tiene que ver con la probabilidad de que un Estado se vea ante la imposibilidad o incapacidad de cumplir sus obligaciones con un inversor extranjero. En consecuencia, cualquier inversionista racional exigirá un interés más alto mientras más elevada sea dicha probabilidad de incumplimiento.
En ese sentido, Chile podría financiarse con tasas de 1.2% por encima de los bonos del Tesoro estadounidense, considerados los activos más seguros del mercado. Es un signo de la confianza que el mundo tiene en su economía. México, por su parte, tiene un riesgo país de algo más de 3 puntos porcentuales. Es un país serio, sin duda.
Argentina, gobernada por Milei, ha logrado descender a 15%, desde el 24% que le dejó el gobierno izquierdista de Alberto Fernández. Cosa muy notable, si se toma en cuenta la historia de ese país y el estado desastroso de su economía.
¿Y Bolivia? Pues… estamos entre 18% y 19%, aunque llegamos a coquetear con el 20% hace un par de semanas. Esto significa que un inversor extranjero pediría un retorno de 20 puntos porcentuales adicionales para considerar siquiera prestarle dinero al Estado boliviano. Es obvio que el mundo de las finanzas no cree que sea muy seguro invertir en el país. De hecho, está apostando a que no nos irá muy bien en el futuro.
Entonces, nuestro gobierno, muy cuerdo según algunos y hasta ortodoxo en el dogma izquierdista, ¿estaría obteniendo peores resultados que el «loco» Milei? Sí, sin duda alguna. Y una explicación es que la mayoría del país se niega sistemáticamente a aceptar la realidad. El Gobierno lo hace por interés electoral y, probablemente, por ceguera ideológica. Los analistas y académicos, por pura inercia intelectual.
Aquí cabe plantear una definición operativa de locura: preferir vivir en un espejismo ideológico antes que en la dura realidad. Bajo esta perspectiva, diría que queda claro quién está loco de verdad, entre Milei y sus críticos. La pregunta que debemos plantearnos entonces es cómo logramos salvar a Bolivia de la crisis, considerando que nuestra clase política y nuestros intelectuales viven básicamente en un manicomio. ¿Será posible traerlos de vuelta al mundo real? O quizás sea más sencillo dejarlos en su delirio y buscar soluciones sin ellos…

Artículo anterior
Artículo siguiente
ARTÍCULOS RELACIONADOS
- Advertisment -

MÁS POPULARES