Visita relámpago del Grupo de Puebla

Hace poco estuvo en Bolivia, –ahora llamada con el neologismo “Estado Plurinacional”– un grupo de elegantes turistas que, con sus compañeros de viaje, pasó fugazmente por La Paz, Cochabamba, Chapare y Santa Cruz. Así como ingresó a Bolivia, salió del país, casi subrepticiamente. No se sabe en forma oficial qué misión trajo a nuestro país a esos visitantes y solo se tiene referencias vagas de sus actividades, algunas de las cuales se realizaron entre gallos y medianoche y, según se deduce de las informaciones que circularon al respecto, sin el efecto que buscaban.
Lo cierto es que esas personas componen una rama del llamado Foro de San Pablo que hace algunos años puso en aplicación la política populista del Socialismo del Siglo XXI, la misma que por el tiempo transcurrido y sus resultados, resultó un fracaso total y lo único que produjo fue el empobrecimiento de las naciones que estaban resolviendo por su cuenta sus graves problemas históricos.
El Grupo de Puebla está compuesto por representantes de la izquierda política de Latinoamericana y parte de Europa, cuyo propósito central sería elaborar modelos productivos, programas de desarrollo y políticas de Estado de índole progresista. En dicho foro participan presidentes, expresidentes, personajes políticos y sociales progresistas.
Un grupo de ellos vino al país, para atender asuntos como la decadencia del plan populista que enarbola. Asimismo, vino a arreglar problemas de carácter nacional, en abierta intromisión en política interna, aunque actuando en forma reservada y hasta clandestina. Según analistas reconocidos, la tarea fue intervenir para resolver las diferencias ideológicas que hoy separan al actual presidente Luis Arce y el expresidente Evo Morales, quien no solo ambiciona retornar al poder, sino que es presionado por organismos externos de izquierda, para volver al gobierno boliviano, ya fuese por medio de medidas de presión de grupos sociales afines o elecciones generales.
En efecto, esa tentativa externa de lograr avenimiento entre los dos masistas, en gran medida no tuvo resultados favorables en ese sentido, aunque sí en otros. Los visitantes quisieron disminuir las ásperas diferencias ideológicas entre Arce y Morales para que las elecciones nacionales del año 2025, beneficien en general al plan del socialismo del Siglo XXI, el mismo que se encuentra en descomposición, tanto por las derrotas que sufrió en varios países, como por divisiones internas y externas.
En todo caso, los dos candidatos presidenciales de MAS cedieron en algún porcentaje en sus ambiciones. Pero se percibe que Arce seguirá indirectamente en campaña electoral mientras Morales reduzca la presión de sus organizaciones sociales afines, en vista de estar sufriendo una paulatina pérdida de popularidad y, a la vez, estar creciendo su desprestigio por erradas medidas que asume, como instruir bloqueos de caminos.