Falta de dólares se agudiza y establecen porcentajes de mezcla de combustibles

La falta de dólares se agudiza y Bolivia va camino a importar petróleo ante la carencia de nuevos descubrimientos, y para reducir los costos de la compra dispone nuevos porcentajes de mezcla de biocombustibles y de etanol. Las críticas a la determinación no se dejaron esperar y anuncian serios problemas a los vehículos.
El Gobierno estableció porcentajes de mezcla de biodiésel y etanol anhidro con combustibles fósiles, para sustituir gradualmente la importación de insumos, aditivos y diésel.
El decreto 5135, aprobado el miércoles pasado, específica, justamente, las proporciones de aditivos de origen vegetal que deben mezclarse con los combustibles convencionales para su comercialización. De acuerdo a la norma tendrán una proporción volumétrica de hasta un 25% como aditivos de origen vegetal.
En tanto, el contenido de aditivo de origen vegetal, etanol anhidro, tendrá una proporción volumétrica de hasta 85% en los combustibles resultantes de la mezcla a ser comercializados para vehículos con tecnología Flex Fuel.
Al respecto, el economista y exdirector del Banco Central de Bolivia (BCB), Gabriel Espinoza pregunta: ¿Por qué el Gobierno sube el porcentaje de etanol a niveles que probablemente no sea tolerado por la mayoría del parque automotor en el país?
“Por una cuestión muy simple, no sólo es que no tenemos dólares para importar combustibles (primera mala noticia: en promedio, en el 2023, importamos el 55% del consumo de gasolina, la cifra más alta de la historia reciente), sino que nuestra producción viene cayendo en picada (la segunda mala noticia: por ese motivo, en el corto y mediano plazo, necesitaremos cada vez más dólares)”, señala en su cuenta @g_espinoza.
Señala que eso configura un escenario cada vez más preocupante, porque la única opción que le va quedando al Gobierno, es un nuevo esquema de precios de los combustibles, es precisamente la que no quiere tomar por motivos electorales (y aquí la tercera mala noticia: la crisis es estructural y Luis Arce no quiere, ni puede, resolverla).
“La situación de la economía boliviana es tan dramática que la comparación correcta no es con Argentina (que produce mucho de lo que consume y, ahora, tiene una perspectiva energética muy buena), sino con casos como los de Sri Lanka o Libia, que se quedaron sin energía, alimentos y dólares en un período muy corto, en el que los precios suben muy rápido y se empezaron a ver desabastecimientos en cadenas sensibles para la población”, explicó.
Mientras el viceministro de Industrialización, Comercialización, Transporte y Almacenaje de Hidrocarburos de Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB), Adams Hurtado, indicó que el decreto 5135 ayudará a reducir la subvención y los costos de importación, y evitará la fuga de divisas.
Mientras tanto, diputados de oposición aseguran que la determinación encubre un gasolinazo, pues la mayoría de los vehículos serán afectados, debido a que muchos de ellos ya tienen más de 20 años en el mercado nacional.
Entretanto, YPFB aclaró que el producto se enmarca en estándares nacionales e internacionales de calidad y contó con el respaldo de un académico-investigador de la Universidad Mayor de San Andrés (UMSA).
“La producción de los combustibles en las plantas de almacenaje, también cumplen normativa nacional e internacional, las cuales son fiscalizadas por el ente regulador”, precisó el gerente de Comercialización de YPFB, durante una conferencia de prensa, Ronald Huanca Colque.
Pero economistas pusieron en duda la labor que realiza la Agencia Nacional de Hidrocarburos (ANH) pues es parte del Gobierno, en todo caso es juez y parte.
En la actualidad, el mercado nacional cuenta con diferentes tipos de gasolina, entre ellas gasolina especial plus, la gasolina premium plus y la gasolina súper etanol, todas con una mezcla de hasta el 12%.
Sin embargo, con este nuevo decreto, se flexibiliza la mezcla hasta un 25%.