jueves, mayo 16, 2024
InicioSeccionesEditorialDesastres en temporada de lluvias intensas

Desastres en temporada de lluvias intensas

Lamentablemente, no se aprende del pasado, pues cuando vuelven las lluvias intensas, otra vez varias poblaciones se tienen que enfrentar a riadas e inundaciones, que causan pérdidas de vidas y bienes materiales. Esas situaciones nos golpean cada año, sin que se haya podido adoptar medidas eficaces. Esta vez en época lluviosa, se producen desbordes de ríos en regiones del occidente y el oriente, ocasionado inundaciones y desplome de viviendas –muchas humildes–, así como la inutilización de caminos, la pérdida de cultivos agrícolas, la interrupción de servicios de agua potable y energía eléctrica. Este drama se repite en pueblos que están cerca de cursos de agua.

Es el caso dramático de Cobija, capital del departamento de Pando, donde las aguas cubrieron vecindarios y dejaron sin viviendas a más de mil familias. Desesperados, pandinos en medio del agua o en botes tratan de buscar refugio, ya que la crecida del río Acre llegó a más de 15 metros. También las lluvias afectaron a departamentos como La Paz, Oruro, Potosí y Cochabamba. A nivel nacional se habla de casi 300 municipios en peligro de riadas e inundaciones. Hasta ahora alrededor de 36 mil familias han sido afectadas, con casi 850 viviendas derrumbadas y más de 40 fallecidos.

Según entendidos en la materia, el problema se debe a que en el territorio nacional no se hace un control de cuencas, de lugares donde hay corrientes de agua y, particularmente en el oriente, poco se hace para detener la deforestación, hasta en áreas protegidas, por parte de interesados en ampliar la frontera agrícola, plantar coca y extraer oro de manera irregular. Tales actividades implican tala, quema de vegetación y uso de aguas para la minería furtiva, dejando terrenos depauperados, contaminados con tóxicos.

En el caso de Cobija, que es parte de la Amazonia, el problema se complica porque esta paradisiaca zona es compartida por tres países y el problema de la grave deforestación denunciada mediante la prensa demandaría labores de conservación coordinadas, si no se quiere lamentar en corto plazo la desaparición de bosques y agua en la zona amazónica.

Hasta ahora, por falta de previsión, las autoridades locales o nacionales solo cuando el desastre es incontenible, se movilizan para dar ayuda, la que casi siempre resulta insuficiente ante enormes daños. Cabe hacer notar que cuando había bonanza económica, hace 15 años aproximadamente, por la venta de gas al Brasil y la Argentina, se debió hacer obras preventivas serias a fin de proteger a las poblaciones más expuestas a caída de taludes, riadas, inundaciones y otros. El mantenimiento de carreteras y caminos debía ser otra prioridad a fin de garantizar el tránsito permanente.

Las lluvias otra vez desnudan que autoridades nacionales, departamentales o municipales no han abordado de manera adecuada el tema de los problemas en época de lluvias. De otro modo no se lamentaría lo que sucede actualmente.

ARTÍCULOS RELACIONADOS
- Advertisment -

MÁS POPULARES