En gestiones recientes, la Cámara de Diputados se ha convertido en escenario de pugnas y errores de consideración, que han acrecentado la decadencia en que se encuentra, aparte de la decepción que está produciendo en la opinión pública, tan sensible en lo que se refiere a la conducta de los parlamentarios de diversas corrientes.
En primer lugar, los diputados se detuvieron en debates insustanciales acerca de proyectos de ley, resoluciones e interpelaciones a ministros de Estado, las mismas que concluyeron sin trascendencia, al extremo que ese organismo pasó desapercibido, aunque bajo la crítica de que sus miembros gozan de jugosos salarios mensuales y otros beneficios.
Aparte de esos gafes, los debates se han caracterizado por ser de mucha forma y poco contenido, lo que ha puesto a los diputados en el filo de la navaja, para terminar enfrentados en escandalosos pugilatos y ataques a la mesa directiva, con saldo de heridos. Pero, al votar por ellos, la población confiaba en que actuarían con altura, de acuerdo con su jerarquía.
No obstante, en un proceso de recaída, los legisladores de la Cámara Baja ya debatían sobre temas secundarios y con argumentos prosaicos. Los temas de fondo que afectan al país habían sido relegados de manera indefinida. Por otro lado, el análisis de los problemas dejaba mucho que desear y, por tanto, las diversas bancadas se enfrascaban en disputas estériles. Un ejemplo de ello es el debate sobre las elecciones de magistrados, mecanismo establecido por la Constitución vigente. El tema fue puesto en mesa hace un año, pero no pudo ser resuelto no solo por su realización mediante voto universal, sino por otros asuntos, como el de los magistrados prorrogados, la aprobación de créditos externos y otros.
Así la preselección de candidatos a magistrados en el Legislativo terminó en un enorme cero. Además, las elecciones judiciales fueron anuladas por la Justicia en Pando, debido a la demanda jurídica de una postulante inhabilitada. Pero los diputados siguen insistiendo en realizar ese proceso electoral que no solo fue archivado por orden judicial, sino que también fracasó en dos anteriores oportunidades.
Lo destacable es que diputados de los partidos de Evo Morales y Carlos Mesa, terminaron unidos de hecho, pidiendo que de todas maneras se llame a elecciones de magistrados, lo que fue considerado como un acto absurdo, ya que se estaría repitiendo el error por tercera vez. Para colmo de esta crisis parlamentaria, el presidente de la Cámara de Diputados ha sido denunciado por corrupción y se pide que renuncie a su cargo.
Al respecto, la opinión pública destacó que el pedido conjunto de las bancadas mencionadas para la elección de magistrados, sería una muestra de falta de ética política y que llevar adelante las elecciones judiciales por voto popular sería cometer un error por tercera vez. Finalmente, habría que determinar en profundidad a qué se debe la crisis en Diputados y qué se debería hacer para hallar soluciones.
Órgano Legislativo toca fondo por falta de ética
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