Necesitamos datos veraces, no solo informes parciales

En situaciones especiales, cuando crece la preocupación en la población por varios problemas, como hoy la elevación de precios de alimentos, la escasez de dólares, la falta de empleo formal, la desleal competencia del contrabando a la industria nacional, la alarmante disminución de las Reservas Internacionales Netas (RIN), el endeudamiento externo e interno, y muchos otros, generalmente salen al frente las autoridades nacionales para hacer declaraciones o emitir informes con la intención de desmentir las versiones de especialistas y ciudadanos preocupados por lo que pasa en el país.
En tales ocasiones de descontento mayoritario, las autoridades se esmeran en proporcionar datos al parecer con la intención de “tranquilizar” a la población. Sin embargo, esas tentativas son desmentidas, en muchos casos, por lo que se percibe en la realidad, ya que, por ejemplo, sería bueno que los funcionarios encargados de controlar las actividades económicas estén siempre pendientes para resolver los problemas que se presentan a diario. En el caso de la escasez de dólares, nadie podría negar que el precio oficial ha sido reemplazado por el del mercado negro y que es variable. Tampoco se podría desmentir que hay problemas con el retiro de dólares de ahorristas y la compra de esa divisa en entidades financieras.
En cuanto a la provisión de alimentos, como frutas, tubérculos y otros en los mercados populares, lo que se observa es que muchos de esos productos provienen de países vecinos. Tal aspecto, confirma que la producción nativa de alimentos está en decadencia y cada vez aumenta la cantidad de campesinos que abandonan sus tierras para emigrar a las ciudades o salir a otros países en procura de mejorar sus condiciones de vida.
En los últimos días, las versiones oficiales en sentido de que la inflación en el país está entre las más bajas de Sudamérica, de que se espera para este año un positivo crecimiento económico, que la industrialización servirá para sustituir la importante fuente de ingresos que representa la venta de gas al Brasil y la Argentina, la cual cada vez es menor, por el agotamiento de las reservas de ese energético, es difícil de creer. Y es que muchos de esos datos se basan en lo que dice el Instituto Nacional de Estadística, es decir, con las cifras de un organismo gubernamental, que además no goza de la confianza pública.
Por todo ello, es necesario que las autoridades, en vez de hacer profusión de declaraciones para contrarrestar las versiones de expertos y ciudadanos sobre diversos problemas, primero constaten lo que tiene que enfrentar el ciudadano común para, por ejemplo, encontrar empleo formal o lograr que le alcance su presupuesto para atender las necesidades básicas de su familia.
Es, pues, urgente informar con la verdad; de otro modo son creadas condiciones para la duda, el temor y la pérdida de confianza en lo que el gobierno haga.