viernes, mayo 24, 2024

El agua

El agua es un cuerpo que está compuesto de oxígeno e hidrógeno, y se presenta en tres formas: en estado líquido, gaseoso y sólido. Es considerado un elemento vital, pues todo organismo vivo requiere de éste para sobrevivir, es el agua de la vida. La naturaleza es la que produce agua e n el mundo, de tal manera que tres partes del globo terráqueo son agua y una tierra, pero un porcentaje reducido de agua, es bebible, pues la mayoría del agua, está en el mar, es salada.
El agua bebible es el que requiere el ser humano, los animales y los vegetales en la tierra para vivir, pero debido a los trastornos del medio ambiente por obra del ser humano, comienza a escasear, en especial en zonas desérticas, semidesérticas y calurosas, donde las precipitaciones pluviales son escasas o inexistentes, de tal suerte que se ha producido un problema, cada vez más creciente, el difícil acceso al agua bebible de millones de personas.
El agua no salada se encuentra en forma sólida en los polos (ártico, antártico y en las alturas de las montañas), de donde baja en forma líquida, pero resulta que esa agua está lenta, pero sostenidamente despareciendo, por evaporación, y a la vez, se han reducido las precipitaciones pluviales, pues la naturaleza es un sistema coordinado de fenómenos naturales. Los estudiosos del tema medio ambiental, sostienen que, debido al aumento de la temperatura en el planeta, en unas decenas de años, no habrá agua para beber y el futuro del planeta se verá comprometido, por el aire contaminado, pues el agua de la lluvia, limpia esa contaminación.
En nuestro país, la Constitución Política del Estado prescribe en el artículo 9 inciso 6, como fin y función del Estado: “la conservación de medio ambiente, para el bienestar de las generaciones actuales y futuras” y en el artículo l6 I): “Toda persona tiene derecho al agua y la alimentación”. De estas prescripciones constitucionales, se infiere que el Estado tiene la obligación de preservar el medio ambiente y el agua.
El daño que se infiere al medio ambiente, por la ambición fundamentalmente económica del ser humano y los malos gobiernos, está causando el “calentamiento global”, es decir el aumento de la temperatura del planeta, que está causando que el agua sólida de los polos se derrita, al igual que el de las alturas, provocando la escasez del líquido elemento y, por consiguiente, el deterioro de la tierra, donde estamos asentados más de siete mil millones de individuos, animales y vegetales.
El deterioro medioambiental, también está ocasionando incendios en los bosques y áreas protegidas, que tienen la finalidad de purificar el aire que contaminamos. Además, son reservorios de importante riqueza de fauna y flora patrimonial de los Estados que tienen estos recursos invalorables, como en la Amazonía y otras áreas en nuestro continente. En los últimos años, miles de hectáreas de bosques, se han reducido a cenizas, con grave afectación a nuestra riqueza natural, que debemos conservarla por encima de intereses de grupos depredadores de la naturaleza.
Los gobiernos del régimen populista de las dos últimas décadas en nuestro país, han prestado poca atención a los compromisos internacionales de preservar el medio ambiente, pese al discurso de la “mama pacha” o madre tierra, que ha quedado solo en palabras, pues las erráticas políticas sociales y económicas, han alentado el deterioro medio ambiental, con el argumento de la ampliación de la “frontera agrícola”, para mayor disponibilidad de tierras destinadas al agro negocio. Por promover a los denominados “interculturales” (gente de las tierras altas y valles), en la zona amazónica avasallan predios privados y tierras fiscales, para asentarse y obtener beneficios de la tierra, para lo que depredan los bosques, ocasionan incendios y contaminan el agua. Las cooperativas mineras auríferas (aliadas del régimen), convertidas en empresas asociadas con capitales extranjeros, vulnerando los principios del cooperativismo, contaminan los cursos de agua, pagan mínimos impuestos, pese a que, por el elevado precio del metal, perciben jugosas ganancias.
Según estudios de especialistas en el tema ambiental, en nuestro país, se habría perdido ya, el 50% de los espejos de agua, como ríos, lagos, lagunas, vertientes, etc., lo que implica un grave daño al ecosistema y, por consiguiente, a la vida de los seres de la naturaleza (incluyendo al ser humano). Mientras en Potosí los habitantes reclaman por agua, en el Silala, regalamos agua potable en miles de metros cúbicos diarios a Chile, pese a que la Corte Internacional de Justicia de La Haya, determinó que ambos países deben beneficiarse del agua que emerge de la tierra. Bastaría con extender una red que transporte esa agua, según la cuota que nos pertenece, a Potosí, bajando de los bofedales.
Todavía estamos a tiempo de salvar la vida en nuestro hogar, que es la tierra, como espacio geográfico en el que estamos asentados, para que las generaciones que vienen, puedan gozar de las maravillas que nos ha regalado la naturaleza. Por ello decimos: “No destrocemos nuestro hogar”.

El autor es Abogado, Politólogo, escritor y docente universitario.

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