Guerras modernas y Fuerzas Armadas

En diversos sectores de la opinión pública del país se percibe notable indiferencia acerca de trascendentales asuntos, tanto internacionales como internos. En ese sentido, se observa escaso o nulo interés acerca de problemas de gran actualidad, como la invasión colonial de Rusia a Ucrania y la guerra entre Israel y el grupo Hamás de Palestina, que han adquirido notable notoriedad, debido a que han transformado las guerras tradicionales en guerras modernas.
Al respecto, por ejemplo, las diversas dependencias del Estado, entre ellos las Fuerzas Armadas, no han dado muestras de enfocar esos dos conflictos bélicos, tanto en sus características internas, como graves repercusiones mundiales, que están derivando en dificultades de mayor envergadura.
Sin embargo, lo que atrae a la opinión pública es la forma cómo han cambiado el contenido y las formas de esas guerras, lo cual constituye una verdadera revelación para los organismos estatales, militares, académicos y todo tipo de organismos castrenses relacionados con el arte de las guerras.
Estas guerras modernas son totalmente diferentes a las tradicionales que se registraron en la historia de la humanidad. En efecto, las nuevas guerras ya no se producen con choques de grandes ejércitos, en campos de batalla, con enfrentamientos directos y la dirección de altos mandos dotados de conocimientos estratégicos tradicionales.
En estas guerras modernas, ya no son conocidos campos de batalla con movilización de fuerzas armadas antagónicas, que definían la suerte de los países combatientes. En estas guerras, ya no mueren solamente los soldados en el campo de Marte, sino las víctimas también son las inocentes poblaciones humanas, entre ellas niños, hombres y mujeres ajenos a la guerra. Asimismo, se produce la destrucción de escuelas, hospitales, centros industriales y dependencias del gobierno, como el Alto mando, organismos de estudios militares, Colegio Militar, Academia de Historia, Universidad militar, etc., y no menos entidades civiles.
A diferencia del presente, las antiguas guerras se realizaban con tropas especializadas en combates de cuerpo a cuerpo, armas de uso personal, jefes militares de amplio conocimiento de conflictos bélicos. Las poblaciones civiles estaban muy lejos de los centros de acontecimientos mortales. Los muertos eran soldados y no civiles.
Es más, ahora en estas guerras modernas hasta ha dejado de ser útil la aviación, que ha sido obligada a permanecer en sus pistas de aterrizaje, debido a que las armas antiaéreas están amenazadas por eficaces misiles que forman una barrera infranqueable en torno a ciudades y lugares estratégicos.
Mucho se puede decir sobre este nuevo tipo de guerras, pero quienes están obligados a tener en cuenta estos fenómenos, estudiarlos y aprovecharlos son los organismos castrenses, encargados de las artes bélicas y su evolución, como en el caso al que hacemos referencia.