sábado, mayo 4, 2024
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Malestar social por débil institucionalidad

Cada cierto tiempo entidades especializadas van con su personal a diversas zonas del país para consultar a la población sobre temas de interés general. Hace poco la Fundación Jubileo hizo tal labor para saber qué opinan los ciudadanos sobre el funcionamiento de las instituciones en un sistema democrático. Las entidades mencionadas para la consulta fueron el sistema judicial, la Policía Nacional, el Instituto Nacional de Estadística, el Órgano Electoral, entre otros. En general, los números reflejan que la mayoría de los consultados tiene una opinión negativa sobre tales entidades, porque no confía en su desempeño y observa que sus labores no son efectivas.
En el caso del sistema judicial, la condena social se explica porque se encuentra en estado de deterioro, lo que no es rebatido ni por oficialistas ni por opositores. Conocidos son los casos de prevaricato, retardación judicial para acusados que provienen del oficialismo y aceleración extrema para sentenciar a opositores, sometimiento vergonzoso de funcionarios del Poder Judicial al gobierno de turno, numerosos procesos legales de la gente común que duermen el “sueño de los justos” en tribunales, etc.
En cuanto al desempeño policial, lo que se percibe es que funciona con rigor particularmente cuando se trata de reprimir a sectores no afines al actual régimen, que salen a las calles a protestar por la falta de atención a sus demandas. Entonces son detenidos los considerados líderes y encarcelados con apoyo inmediato del sistema judicial que rápidamente determina la “detención preventiva”, que puede ser ampliada de manera ilimitada, a pesar de la indignación de la sociedad. Lo peor es que son conocidos los casos de jefes policiales y subalternos involucrados en casos de narcotráfico. Mientras tanto, crece la inseguridad ciudadana y hay cada vez más robos, asaltos, hasta a plena luz del día y últimamente asesinatos a implicados en narcotráfico.
En cuanto al Órgano Electoral, son conocidas las denuncias sobre el Padrón Electoral, que habría sido adulterado para que los resultados de los comicios siempre favorezcan al oficialismo. Y del INE se cuestiona las cifras engañosas que da a conocer sobre la situación económica, pues la realidad muestra lo contrario, por ejemplo, suben poco a poco los precios de los alimentos.
Finalmente, menos del 50 por ciento de los encuestados manifestaron que no confían en la información que ofrecen los medios de comunicación. Pero cabe hacer notar la desaparición de varios medios independientes por el hostigamiento del oficialismo, a través de su rechazo a otorgarles publicidad o sometiéndolos a una exagerada inspección tributaria. Por otro lado, es notorio el gasto en avisaje estatal colocado en medios afines al gobierno de turno.
En consecuencia, la desconfianza de la población se explica por la debilidad de la institucionalidad en el país, deficiencia generada desde el momento en que el MAS comenzó a exigir adhesión total de quienes quieran trabajar con el Estado. Sin embargo, se olvida que los recursos nacionales son de todos y deberían ser distribuidos para beneficio general, ya que lo contrario implica autoritarismo y discriminación.

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