Aseo y preservación de locales educativos

A la población le importa mucho que los establecimientos escolares fiscales de todo el país reciban atención permanente, no sólo en cuanto a buena conservación, limpieza y atención de servicios higiénicos y sanitarios, sino para negociar con los propietarios de los recintos donde funcionan algunas unidades educativas, para que se logre transferencias con objeto de que tengan dependencias de su propiedad. De esta manera, con el tiempo, se conseguirá que cada barrio cuente con escuelas y colegios propios.
Mientras puedan concretarse negociaciones en ese sentido, corresponde recomendar que las autoridades municipales no descuiden la buena conservación y aseo de los locales, de acuerdo con los contratos de arrendamiento. Por otra parte, como en gestiones pasadas, no faltan locales carentes de vidrios en las ventanas, puertas en mal estado y descuido en tareas de conservación en general, ya que, según regentes y porteros, solo hay promesas para cumplir los contratos y proceder a las reparaciones debidas, en tiempo perentorio.
Es muy importante que los encargados de adquisiciones de bienes del Estado informen periódicamente sobre propuestas y trámites en curso, a fin de acelerar gestiones, para posibles adquisiciones o simplemente para hacer reparaciones de urgencia.
Por todo ello, sería conveniente que las autoridades del sector de educación redoblen esfuerzos para brindar las condiciones adecuadas para que niños y jóvenes que acuden a escuelas y colegios fiscales no tengan que soportar incomodidades por deficiente infraestructura, es decir, quedando expuestos a cambios de clima inclementes. Este es un problema que se suma a otros, como la falta de transporte para menores, que se ven obligados a recorrer como puedan considerables distancias para llegar a sus unidades educativas. Esta situación se la observa más en las zonas periféricas, desde donde muchos estudiantes salen de sus hogares más temprano para llegar a sus lugares de estudio que están en el centro urbano.
En todo caso, la atención en el campo educativo no debería ser restringida a la pugna entre docentes y autoridades del sector, por demandas laborales no atendidas de manera satisfactoria. Es primordial ocuparse de la situación de muchos menores que asisten a unidades educativas fiscales del país, donde no siempre encuentran buenas condiciones para desarrollar su aprendizaje.
Esperemos que no solamente al comienzo de cada gestión escolar se trate de hacer mejoras o reparaciones en las unidades educativas, pues dicha labor debería ser permanente, con apoyo de las autoridades nacionales y la sociedad misma, considerando que las futuras generaciones son el tesoro de cada país.