viernes, mayo 3, 2024
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Diálogo, parte esencial del proceso de enseñanza y aprendizaje

Consto Rene Apaza Larico

A través de la historia, con el diálogo se ha formado grandes civilizaciones. La historia de la filosofía nos muestra que en la antigua Grecia, Sócrates utilizaba el diálogo y la mayéutica con sus estudiantes para llevarlos a gestar sus ideas.
Debemos adentrarnos en el estudio del diálogo, como dinámica pedagógica, con el objetivo de fortalecer la relación entre docente y estudiante en el proceso de enseñanza-aprendizaje de las diferentes disciplinas. Para ello es necesario generar reflexión sobre la vida en las aulas.
Si partimos del proceso de enseñanza y aprendizaje, éste es mediado por un acto comunicacional, donde se privilegia la integralidad de la vida humana, mediante la realización de actividades lúdicas y socializadoras. Por lo que se comprende al ser humano desde una visión holística, en la que se reconoce las características y cualidades intelectuales, corporales, emocionales y espirituales de cada sujeto, para la potenciación del análisis y síntesis de información, de la creatividad, de la expresión de los sentimientos, de la autorreflexión, de los valores, del lenguaje y cuidado corporal, del reconocimiento de intereses, necesidades y diferencias de otros sujetos.
El círculo de conversación como estrategia didáctica posibilita diferentes formas de abordar un tema específico, mediante la significación y búsqueda de sentido, en las construcciones de conocimiento, de habilidades y de actitudes socializadas.
La planificación didáctica del círculo de conversación parte de la consideración de los siguientes principios:
– La participación es voluntaria y debe ser motivada por las personas acompañantes, de acuerdo con los intereses, necesidades y diferencias de los sujetos participantes.
– Las diferencias singulares de los sujetos participantes son valoradas, no ocultadas o minimizadas. Son reconocidas como expresión de la riqueza de la diversidad existente en todo grupo humano.
– Las personas se sientan en círculo, equidistantes del punto central, por lo que la ubicación espacial remite a una relación cara a cara, en igualdad, sin jerarquías. Consideración que rompe con las estructuras tradicionales de disposición de poder y conocimiento, desplazando el poder y el conocimiento a otros puntos y a otras personas.
– Plantea un reto a las personas participantes: poder llegar a ser, es decir, trasladar las habilidades y actitudes que son practicadas en el “Círculo” a la vida cotidiana, como instrumento para promover una cultura de diálogo, reflexión y democracia.
– Invitan al trato respetuoso y a la búsqueda de consensos, con el propósito de lograr nuevas formas de trabajo y convivencia (Martínez, 2010).
La aplicación del círculo de conversación como estrategia didáctica abre la experiencia a la posibilidad de disfrutar de la acción educativa, de socializar el conocimiento y el saber, de reconocer la diferencia y la singularidad humana como una oportunidad de aprendizaje y convivencia, de fomentar la formación como una acción continua de comunicación y relación humana. Es pertinente también reconocer las dificultades y limitaciones de su aplicación frente a las normativas y prescripciones institucionales, en relación con el tiempo y espacio en el que se debe suscitar la acción formativa, y en cuanto a la forma en el abordaje de los contenidos del grado.
En el proceso de planificación, desarrollo y evaluación didáctica; que comprenden este círculo en lo pedagógico, curricular, didáctico, entre lo epistemológico, metodológico y axiológico, debemos desarrollar la educación en responsabilidad con el mundo y desde él.

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