“Esta vez va en serio”

La frase “esta vez va en serio” pareciera ser la que pretenden aplicar diversas autoridades y sectores de la población boliviana, debido a que ya no gozaría de credibilidad el enunciado “por última vez”, especie de ultimátum que dejó de ser creíble en los tiempos que corren. Esto debido a que quizá ya no cumplen ni prestan atención a tal intimación y, por el contrario, siguen con transgresiones a las normas establecidas.
Así ocurrió con la internación ilegal de vehículos indocumentados y ropa usada. Gobiernos anteriores dijeron, mediante sendas disposiciones, que se trataba de “la última vez” que se legalizaría los motorizados “chutos”; y en todo caso al ser nocivas para la salud y la industria manufacturera nacional, esas internaciones de la denominada “ropa americana” también eran “por última vez”. Y que, luego, todos los vehículos y las toneladas de esa ropa –ya no sólo proveniente de USA, sino de muchas otras naciones asiáticas– serían objeto de incautación y sanciones para quienes incurran en esos delitos. Pero han transcurrido bastantes años, y ambos siguen como florecientes “negocios” en el país, ante las narices de las autoridades y la población boliviana. Quizá será bueno exclamar “esta vez va en serio”, esperando que así lo crean y asuman los transgresores, y en todo caso que la autoridad haga cumplir la ley.
También durante estas épocas se habló y concretó –ante aquellos atolladeros de vehículos en La Paz, que son insoportables y perjudiciales– disposiciones de restricciones vehiculares, lanzadas con bombos y platillos, algo que duró pocos meses, pues una y otra vez los “maestros del volante” en forma paulatina fueron incumpliendo las determinaciones. Hoy se lanzó otra, y quizá tengan que incidir en que “esta vez va en serio”, aunque vaya a saberse si los que conducen vehículos lo tomarán en “serio”, pues a ello se suma la accidentada topografía paceña y el enorme parque automotor. “Pero lo principal: faltan quienes hagan cumplir toda norma o disposición aprobada”, dijeron otras personas citadinas.
En muchas otras actividades también se da esta situación, el caso relativo a la discriminación es una de ellas, pues quién ha dicho que esta sólo viene de los denominados “poderosos” contra los “humildes”, ya que de éstos últimos surge también tal actitud, cuando, por ejemplo, en mercados y otros, cualquiera resulta objeto de maltrato por sólo observar el precio de un producto que está muy alto o se halla en estado de descomposición, recibiendo de cualquier comerciante insultos y agresiones, porque “la pollera se respeta c…”, igual que el casco o el sombrero, pues se dice que no deja de ser identidad cultural.
Y se puede dar muchos otros ejemplos, empero lo evidente es que está faltando que las autoridades de todo nivel sean las que hagan cumplir las leyes y disposiciones aprobadas, pues al dejar de lado su labor se convierten en especie de cómplices y protectores de aquellos infractores e infracciones que están a ojos vista de la colectividad. ¿En serio que “esta vez va en serio”?