Ortega persigue en Nicaragua a religiosos y a políticos

El tirano Daniel Ortega, contrario a todas las libertades de su pueblo, ha decidido aplicar medidas extremas en Nicaragua, seguramente por sentirse imposibilitado de defender posiciones en democracia, en un país en el que ahora no se reconoce el derecho a creer en Dios y menos se tiene la posibilidad de contar con políticos honestos y honrados que amen a su nación, para lograr una convivencia pacífica. No se respeta los derechos humanos en una nación en la que, por voluntad de una persona que hace ostentación de su tiranía, no es posible un gobierno que sea respetado por sus cualidades morales y con plena legalidad.
Por ello la Iglesia Católica, con una Conferencia Episcopal fortalecida por la fe, y junto a las cabezas de varias confesiones religiosas y partidos políticos amantes de su país, condenan lo que hace Ortega, quien solamente puede sobrevivir persiguiendo y lastimando a su propio pueblo, mostrando su deseo de mantener estancado a su país, a pesar de las observaciones y reproches que recibe de muchos países que están cansados de tiranías y que las condenan desde hace muchos años.
Al respecto, el mundo libre ¿por qué soporta a dictaduras que viven martirizando a sus pueblos? Solo emitiendo legislaciones “especiales” poco logra, ya que “se debe respetar la democracia implantada mediante elecciones”. Y es que, a pesar de que Ortega fue elegido dentro de los marcos legales, no debe tener carta blanca para complotar contra un pueblo que soporta aberraciones y sufrimientos, porque no son respetados sus derechos.
Manipulando las libertades que da la democracia, Ortega se siente seguro de quedar impune por todo lo que hace según sus conveniencias, pero que afecta al pueblo nicaragüense, particularmente a sectores considerados de oposición, contra los cuales son aplicadas medidas drásticas y hasta crueles. Ortega llega al extremo de no tomar en cuenta las recomendaciones e incitativas de la Conferencia Episcopal. Por ello mismo, cree que persiguiendo a los obispos va a lograr mayor poder, sin embargo, ciego por su ignorancia, olvida que el mundo está sobre él, que lo condena severamente, que llegará un momento en que tenga que rendir cuentas ante la comunidad internacional por los crímenes cometidos.
No obstante lo expresado, es lamentable que Naciones Unidas, la OEA y otras organizaciones internacionales solo emitan comunicados y condenas a las actitudes dictatoriales de Ortega, sin que sean logrados los resultados que el pueblo de Nicaragua necesita para evitar que sigan los abusos que son cometidos a diario en ese país centroamericano.