lunes, mayo 13, 2024
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¿Sexo?, ¿tabú?

Para muchos padres y madres de familia la educación sexual de sus hijos e hijas siempre ha resultado un tema muy controversial, inclusive temido y evitado, siendo una de las razones, la falta de información sobre cómo llevar una adecuada educación sexual.
Muchos padres y madres consideran que todo lo concerniente a la sexualidad es algo que su hijo (o hija) puede aprender solo, ya que lo habla con los amigos en el barrio o inclusive en la propia escuela.
Es probable que los adolescentes aprendan muchas cosas a través de sus amigos, pero nadie garantiza que la información que obtengan sea la adecuada. Inclusive en un momento determinado esa información relacionada con el sexo podría resultar hasta dañina, dependiendo de las “buenas o malas “compañías de su hijo o hija. Por ello los padres y madres siempre debemos estar al tanto del quehacer de nuestros descendientes, sin importar las edades. Una persona, porque sea mayor de edad, siempre tendrá tiempo para ser aconsejada y con ello evitar que cometa un error que posteriormente no tenga solución.
Generalmente los padres no se plantean el tema hasta que los hijos entran en la pubertad y deben afrontar el proceso de cambio que conlleva de repente. Esto puede provocar actitudes de rechazo, ya que para muchos ya es demasiado tarde, porque creen haber aprendido todo en la calle y no en casa.
Es posible que muchos adultos no conozcan el momento indicado para iniciar las pláticas acerca de estos temas. ¿Momento ideal? Cuando el (o la) pre-adolescente se encuentra próximo a los “cambios” de su cuerpo, por su “entrada” a la pubertad, menstruación en el caso de las niñas, cambio de voz en el caso de los varones, por citar dos ejemplos que resultan, en muchos casos, desconcertantes para los más jóvenes, sobre todo cuando desconocen las causas que originan dichos cambios.
Cuando no está claro lo que debemos tratar, los padres y madres confunden que la explicación sobre el sexo, es solo acerca de la reproducción, donde se “orienta”, sobre todo a las jovencitas, que no deben tener relaciones sexuales, por el riesgo de salir embarazadas y hasta ahí llega la “clase”. Al varón, por su parte, se le dice que son las jóvenes las que tienen que cuidarse, salvando su responsabilidad.
Por supuesto, posiblemente esta última opinión provenga de un padre machista, que menosprecia el papel de la mujer en la sexualidad, lo que obviamente es erróneo. No se menciona que la educación sexual fomenta la responsabilidad de los adolescentes, por ejemplo, debido a las enfermedades venéreas y embarazos no deseados, la masturbación y las primeras relaciones sexuales, como un aspecto más global y social.
El papel de los padres y madres responsables estriba en ayudar a sus hijos e hijas en aspectos de esta índole, de una forma sana, saludable, tranquila, sin misterios, sin conversaciones donde los demás no pueden escuchar. Es importante que se eduque, además sobre la igualdad de sexos, ya que, de no hacerlo, estaremos consolidando una conducta discriminatoria. De aquí la importancia de tratar a tiempo con nuestros hijos una correcta educación sexual.

El autor es Licenciado en Ciencias Pedagógicas.

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