jueves, mayo 2, 2024
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El director Gerard Johnstone toma el mando de M3GAN

Durante mucho tiempo, Jason Blum de Blumhouse y James Wan de Atomic Monster han sido los dos creadores más prolíficos e icónicos del horror moderno. M3GAN es la segunda colaboración de Blum y Wan; la primera fue la franquicia Insidious. Para dirigir la película, Blum y Wan contrataron al neozelandés Gerard Johnstone, director de la comedia de horror de 2014, Housebound. “M3GAN tiene un tono específico que puede ser difícil de conseguir”, comenta Blum. “Me encantó Housebound, la primera película de Gerard. Fue un buen equilibrio entre capturar el inquietante miedo de una historia de una casa encantada y aportar un peculiar sentido del humor”. Para M3GAN, la idea de una amiga robot que se convierte en una muñeca asesina es aterradora, pero hay un humor negro latente bajo la superficie de esa idea. Si tu director no lo acepta así, la película no funcionará, y Gerard lo entiende sin problema alguno”.
M3GAN es horror clásico y terrorífico, un horror que te hace gritar; pero Wan y Blum sabían que no era una película que debiera tratarse con una seriedad mortal. “Gerard aportó un tono que caminaba por esta delgada línea”, indica Wan. “Si se inclinaba demasiado hacia un lado o hacia el otro, la película colapsaría. Él sabe cómo hacernos gritar cuando es necesario —y hacernos reír cuando hace falta— y que soltemos risitas ante esas cosas extravagantes que hace M3GAN”.
Por ejemplo, fue idea de Johnstone que M3GAN bailara a la vez que cometía actos violentos en una escena inolvidable (que instantáneamente se convirtió en un meme). “Gerard añadió momentos tan absurdos que le dan esa sensación divertida y exagerada”, dice Akela Cooper. “Yo no escribí a M3GAN bailando; la escribí cometiendo una ola de asesinatos. Cuando la vi, pensé: ‘Esto es muy raro, pero funciona. Hace que la muerte sea aún más incómoda’”.
Johnstone dice que la película Housebound fue influenciada por un clásico del horror de Wan y Blumhouse, por lo que se sintió aliviado de que estuvieran interesados en que él dirigiera M3GAN. “Eso me hizo sentir menos culpable por lo mucho que había robado de Insidious para crear los sustos de mi película”, dice Johnstone. “La primera reunión fue interesante porque, aunque James es el maestro indiscutible de las películas de muñecos espeluznantes, ninguno de esos muñecos se había movido ni hablado, así que descubrir cómo dar vida a M3GAN fue un territorio nuevo y emocionante para todos nosotros”.
Cuando leyó el guion de Akela Cooper, el director se sintió atraído por la interacción entre la tecnología y la paternidad en el mundo moderno. “Hubo comparaciones obvias con las películas de Child’s Play”, observa Johnstone, “pero lo que me atrajo del proyecto fue la oportunidad de hacer un cuento moral moderno sobre la paternidad en el siglo XXI. Como padre primerizo, me preocupaba cuán omnipresentes se han vuelto los teléfonos inteligentes y las tabletas, y M3GAN era una oportunidad para satirizar esa realidad”.
En particular, el propio Johnstone es bastante indiferente a la tecnología moderna. “Gerard no está en las redes sociales”, dice Wan. “Es el director perfecto para este trabajo porque no le gustan en ese sentido. Puede hacer una película sobre la tecnología donde algo sale mal, con la perspectiva correcta”.
Eso significaba, sin embargo, que Johnstone tenía una pronunciada curva de aprendizaje sobre lo adelantada que está la inteligencia artificial y lo que puede hacer. Su esposa terminó siendo un recurso invaluable y una asesora tecnológica extraoficial. “Constantemente me pasaba artículos del New Yorker sobre inteligencia artificial y psicología cibernética, y me despertaba cada vez que me quedaba dormido leyéndolos”, comenta Johnstone. “También contamos con la participación de personas maravillosamente inteligentes que revisaron el guion como ALEX KAUFFMANN, de Google. A través de ese proceso pudimos entender cómo funcionaban esas máquinas y salpimentar las escenas con ideas y palabrería que les dieran legitimidad y una perspectiva única”.
Desde el punto de vista del tono, Johnstone se inspiró en películas noir de comedia negra que presentaban antiheroínas como Gone Girl y The Hand that Rocks the Cradle, así como en otras influencias inesperadas. “Hasta cierto punto, también fui influenciado por The Omen, en el sentido de que M3GAN es un poco como un anticristo de la inteligencia artificial”, dice Johnstone. “También sentí que había algo de Pinnochio en el ADN de M3GAN, y que Gemma era un Geppetto moderna”.
A nivel humano, Johnstone también quería explorar cómo gestionamos nuestras propias ambiciones con las responsabilidades que conlleva ser padres en la era moderna. “Nos engañamos pensando que podremos pasar tiempo con nuestros hijos una vez que nos hayamos ocupado de todo lo demás —nuestras carreras, las finanzas, etc.”, puntualiza Johnstone. “Pero para entonces, sus hijos ya no son niños. Puedo dar fe de que la paternidad es difícil. M3GAN tiene un cierto aspecto de fantasía cumplida, de que ella puede hacer todas las cosas tediosas que tú no quieres hacer. Pero la otra cara de la moneda es que si entregas a tu hijo a una máquina como M3GAN, te deseo buena suerte cuando quieras recuperarlo”.

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