Lo más importante

Pasado el tiempo de festividades de Navidad y Año Nuevo, nos quedó la sensación de haber cumplido con quienes debimos y estamos seguros de emprender actividades con energías renovadas, con propósitos que deberían cumplirse y con certeza sobre lo que debemos encarar sin mengua alguna.
Conscientes de seguir en los mismos estados de pobreza pero más seguros de cambiar, en aras de la mayoría que exige de todos los mayores esfuerzos para vencer lo siempre soslayado, que cada quien sabe qué es, cómo es y cuándo podrá superarse. Lo importante: haber tomado conciencia de que podríamos, con máximos esfuerzos, vencer tanto cuanto nos propongamos hacerlo. Estados de pobreza, dejadez y abandono cuando se sabe que todo es superable cuando se quiere. Los medios de comunicación –especialmente prensa– leídas sus páginas, demuestran cuándo se pide, muchas veces qué y cómo se espera realizaciones pero todo es vano, dejando sólo la esperanza de que se abrirán los oídos, algún día.
Queda mucho por hacer, de lo tanto conocido y necesitado por los bolivianos; pero siempre dejado para “después”, que no siempre llega o queda permanentemente en espera.
Necesitamos trabajar imbuidos por la urgencia de lo que se necesita. Al tiempo lo vemos pasar raudamente, como pasan los vientos que empujan las nubes urgidas de llegar a su destino. Es muy importante para la nación que el gobierno cumpla su labor, que debería ser eficiente, de manera honesta y responsable, por tener que conducir un país, y no debe mostrar ni resquicios de regateos en lo mucho que tiene por hacer. Gobernar en conjunción con quienes tienen la responsabilidad de alimentar cuerpos y espíritus, en aras de fortalezas que no se puede descuidar.
Recordemos que todos somos responsables de lo que hagan gobernantes y gobernados, ninguno puede evitar cumplir con las tareas encomendadas para beneficio general.
Empezamos días de amor y entrega a las causas de todos, a lo que compete a cada uno y nadie puede soslayar la parte que le corresponda. Estamos confiados en que Dios hará todo lo que no podamos, cuando falten nuestras fuerzas y posibilidades. Así podremos cumplir lo que sea esencial para nuestras vidas. Lo más importante es el hombre mismo, con sus sentimientos y esperanzas, como máxima obra del Creador.