jueves, abril 25, 2024
InicioSeccionesEditorialEl Tren Metropolitano de Cochabamba

El Tren Metropolitano de Cochabamba

El primer tren eléctrico de Bolivia es el Metropolitano de Cochabamba, recientemente entregado. Su futuro de normalidad y funcionamiento parece incierto por la escasa demanda de los usuarios. A tiempo de inaugurarse este transporte fue gratuito y subieron unas 3.500 personas, quienes disfrutaron de sus condiciones de confort y comodidad, incluidas sus estaciones, sin algo que envidiar a sus pares de otros países. La velocidad que desarrolla es de 45 kilómetros por hora, pero lo más preocupante es la inversión mayor a los 447 millones de dólares por sus líneas roja, amarilla y verde, funcionando ahora solamente la roja.
Ante la poca demanda de pasajeros al presente y que no es buen precedente para el futuro, pareciera que no hubo estudios de pre factibilidad del tren metropolitano y si los hubo, no se los tomó en cuenta. Nuevamente vuelve al tapete el apresuramiento en tomar decisión para su instalación, por el empeño de Evo Morales de ofrecer obras innovadoras para el medio, mostrándose amigo de la modernidad. Es el mismo caso del teleférico que exige fuerte soporte estatal. Ese hábito de modernidad de Morales contrasta cuando discursivamente aparece admirador y adicto al Tawantinsuyu, vigente cinco siglos atrás.
No se ha valorado que nuestro gran público prefiere ahorrar unos centavos a viajar cómodo, libre de apreturas y demás incomodidades. Esta preferencia se ve también en La Paz con el PumaKatari y el mismo teleférico. Estamos ante el costo del boleto de Bs. 3.50 y el más económico de Bs. 2 de los minibuses, por lo que éste es de mayor demanda, además el tren eléctrico tiene que competir con unas 30 líneas del segundo. Esta línea alberga a 142 empleados, calculándose el salario mensual de los ejecutivos alrededor de Bs. 20.000 y de los de planta en promedio Bs. 10.000, implicando un costo alto que, al paso que va este transporte, es insostenible. Por todo lo anterior se prevé que significará una carga económica para el Estado a través del Ministerio de Obras Públicas, solo en vía de sostenimiento sin pensar en rentabilidad alguna. A la larga o a la corta, se tendrá que pensar en su venta, si hay postores, o trasladarlo a otro departamento. Es un problema que se suma a los muchos del Estado, lo que es muy lamentable.

ARTÍCULOS RELACIONADOS
- Advertisment -

MÁS POPULARES