sábado, abril 27, 2024
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Los cinco sentidos

Trasladémonos por un instante a cuando éramos adolescentes y aprendíamos lecciones sobre el cuerpo humano y en particular acerca de los cinco sentidos, asociado cada uno de ellos a un órgano. Te recuerdo lo siguiente:
La vista (la visión), asociada a los ojos; la audición a los oídos; el olfato a la nariz; el sentido del gusto a la lengua y el tacto a la piel. ¡Listo! Y surge el interrogante siguiente: ¿Funcionan todos a la vez ante una situación X? Por ejemplo, ¿cuándo un transeúnte que cruza una calle, por un paso de seguridad (o llamado cebra en algunos países) y va distraído haciendo uso de un celular con audífonos, además de visualizar la pantalla del mismo?
Esperando a que pongan la luz que me permite poner el vehículo en movimiento, donde viajo y con mucha paciencia aprecio que el joven en cuestión, al cruzar, no visualizó en ningún momento su derecho de vía según el color del semáforo para él, sino que se trasladó cuando el grupo lo hizo (“si ellos caminan, yo también”).
¿Qué sentidos posiblemente no le estén funcionando en ese período de tiempo en que se traslada de una acera o andén a la otra? ¿Me ayudan? Comencemos: ¿La vista?, no me parece, se centra en la pantalla del celular. ¿La audición?, sus oídos están ocupados por audífonos, prestando total atención a lo que escucha. ¿El olfato? No percibo que esté funcionando en este momento, al menos pasa a un plano secundario (a no ser que hubiese una alta contaminación de esmog, producido por los vehículos). ¿El gusto?, no logro percibir que esté consumiendo algo, luego es otro sentido anulado. Y, finalmente, ¿el tacto?, lleva en sus manos el celular (que para muchos es un “hábito obligatorio”, ¡si no uso de celular, simplemente no formo parte de este mundo!) Haciendo un balance: la vista, no; la audición, no; el olfato, no; el gusto, no; y el tacto: tal vez. De sus cinco sentidos, no le funcionaban cuatro, es decir solamente caminaba ¡con el 20 % de los mismos!
Conclusión: con el ejemplo antes referido, demostrábamos que no siempre funcionan todos los sentidos a la vez; ¿pero y en el caso mío que jugaba el rol de conductor? ¿La vista? Sí, veía a una persona indolente ante una situación que podía causarle daño, además de estar al tanto del cambio de luz del semáforo. ¿La audición y el olfato? Mmmm, mis oídos y nariz pasaban a un segundo plano al llevar las ventanillas cerradas. ¿El gusto? No, nada consumía (tal vez necesitaba un poco de agua –aunque este líquido es insípido– pero la tensión me generó sed). ¿Y en el caso del ¿tacto? Primaba, no solo porque mis dedos sostenían el timón, mis pies en los pedales del vehículo, a la par de ello sudaba, ante esa persona que no mostraba prevención alguna para el cuidado de su vida.
Y para muestra dos botones: Según datos estadísticos a través de medios periodísticos escritos y digitales, en Nicaragua en cuanto a accidentes de tránsitos se presentaron: 646 fallecidos, 1.713 lesionados y 30.941 accidentes viales (enero-noviembre 2020). En Guatemala, según el Instituto Nacional de Estadística de ese país, en el año 2017 fallecieron, por accidentes de tránsito, aproximadamente 1.500 personas, por diversas razones. ¿Será necesario que sea creado, además de la visión, audición, el olfato, el gusto y el tacto, un sexto sentido innato: la prevención?

El autor es Licenciado en Ciencias Pedagógicas.

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