Tecnología apropiada para un medio ambiente limpio

Por décadas, la humanidad libra batallas para contar con la tecnología apropiada para crear un medio ambiente limpio; en reuniones internacionales se ha convenido en muchas recomendaciones que serán tomadas en cuenta y puestas en práctica; pero todo lo acordado quedó en los papeles. Pasado el tiempo, poco o nada se hizo para conseguir tecnologías que permitan purificar el aire, otras que sirvan masivamente en reuniones de mucha gente para evitar contaminación y, sobre todo, se logre liberar a las aguas de lagos y ríos de miles de insectos que invaden permanentemente charcos con aguas contaminadas que son trasladadas a lagos.
Hasta ahora, pese a esfuerzos desplegados por organizaciones científicas especializadas, no ha sido posible descontaminar grandes extensiones de lagos y estanques. Poco o nada se logra con campañas purificadoras de agua, con raciones preparadas que, echadas a sitios de retención, se piensa que evitarán la presencia de millones de moscas, mosquitos y bichos portadores de virus y venenos de toda clase, que la ciencia no ha podido identificar y menos dar con químicos que permitan su extinción. Este proceso –si se lo realiza– tardará siglos en eliminar la contaminación, por la presencia permanente de elementos contaminantes resistentes a todo veneno y a la acción de tecnología inapropiada.
Es tal la contaminación (envenenamiento) del medio ambiente en todo el planeta, que no se hace posible conseguir su purificación; tecnología ya obsoleta precisa ser modernizada, por la acción de la ciencia que no para en esta labor que la humanidad debe agradecer, porque sin esa contribución será muy difícil lograr éxitos en misión tan compleja.
Tiene gran importancia que organizaciones internacionales, empezando por la ONU, hagan una acción conjunta para reparar la tecnología dañada y, si fuera posible, reformada y reforzada sea utilizada nuevamente. Luego, que todos los países ricos que hayan inventado tecnología moderna instalen talleres para fabricar nuevos equipos; que se otorgue créditos especiales a los países pobres con miras a instalar fábricas en diversos sitios para que, en acción combinada, todos puedan combatir efectivamente la invasión permanente de virus y roedores en las áreas rurales; que nuevos equipos hagan frente a la contaminación producida por el uso de carburantes y otros químicos que envenenan.
Y que todos los países –al margen de crear nuevas fuentes de empleo– participen de las luchas contra un mal que, si no es combatido debida y oportunamente, puede cubrir todo el planeta, causando daños irreparables en lo poco de buen ambiente que se tiene y que debe ser fortalecido permanentemente, con miras a contar con aires respirables, saludables y limpios, libres de contaminación. Es decir, ciudades con cielos límpidos, con garantía de que los pulmones de su población funcionan a plenitud, con una atmósfera libre de toda contaminación.