La globalización internacional, proceso de gran dinamismo, es parte del capitalismo en busca de hacer más redituables las inversiones y el comercio mundial. Se vio altamente favorecida con la cuarta revolución industrial y, especialmente, con el progreso de internet.
Es un proceso internacional muy controvertido, dado que abundan los comentarios a favor y en contra del funcionamiento de este esquema económico tan efusivo en su práctica. Se puede suponer que una primera apreciación positiva proviene del intenso relacionamiento que han mantenido las empresas de los países del primer mundo con los gobiernos y empresas de países intermedios, pues éstos últimos abrieron sus inversiones a grandes empresas transnacionales deseosas de subcontratar sus producciones aprovechando materiales y mano de obra más baratas.
Se comenta que los grandes beneficios globalizantes tienen connotaciones económicas, políticas y sociales.
Entre las económicas resaltan: el libre mercado de bienes y servicios a nivel mundial, la disminución de los costos de producción y de los bienes directos al consumidor; asimismo, el mayor desarrollo tecnológico, la competitividad productiva y la mayor oferta de trabajo en los países de desarrollo intermedio. Merece ser destacado, también, el mayor progreso que han tenido las comunicaciones con los operativos globalizantes.
Como resultado político se destaca el ajuste de las legislaciones de nivel nacional e internacional, con el fin de incentivar el comercio y la seguridad jurídica y mercantil de las inversiones,
En lo social se da importancia al fortalecimiento de las relaciones humanas que traspasan fronteras y desencuentros culturales. De igual manera, al impulso a la constitución de asociaciones y sociedades empresariales productivas y comerciales bi o multinacionales y la mayor accesibilidad a información de interés nacional e internacional.
En la parte negativa, los principales comentarios contra la globalización internacional provienen de los países menos desarrollados, es así que se resalta que ésta ha producido un gran desequilibrio económico mundial como resultado de la acumulación del capital en pocas manos de los países desarrollados y el gran progreso económico de los estados intermedios que aceptaron inversiones de empresas transnacionales. Descuidándose, a todas luces, a las naciones de economía menor, las cuales no obtuvieron algún beneficio.
En las mismas naciones desarrolladas e intermedias la globalización ha tenido observaciones, ello porque se han producido grandes diferencias en su población, acentuándose la mayor desigualdad económica, cultural y social de los grupos de menos ingresos. Se observa también que la desigualdad social ha agravado los recursos educativos, tecnológicos, culturales y económicos en muchos grupos sociales en situación de pobreza.
Si bien existen muchos aspectos negativos que se adjudican a la Globalización Internacional, no se debe perder de vista que los esfuerzos nacionales, en general, son favorables a la suscripción de convenios de integración económica que favorezcan el libre mercado. En América tenemos varios ejemplos, como ser: el Grupo Andino, Aladi, la Integración Centroamericana, el Tratado de Libre Comercio de Norteamérica y, actualmente, a punto de aprobarse, el Acuerdo de Integración entre el Mercosur y la Unión Europea. Todos estos esfuerzos integradores, sin pretenderlo, proporcionan un gran espaldarazo a la globalización y al libre mercado.
Por otra parte, al pensar si tiene futuro la globalización, se debe tener presente que la misma está manejada por empresarios, grupos y naciones con mucho poder económico mundial, de ahí que se puede intuir que este mecanismo seguirá vigente.
Sería oportuno que, para que el mecanismo tenga una aceptación generalizada, se realicen ajustes dirigidos a favorecer a los estados de menor progreso, Existen muchas formas de hacerlo, una de ellas podría ser obligar a las empresas transnacionales a invertir un porcentaje de sus nuevas inversiones en esas naciones.
El autor es Consultor Internacional.