sábado, abril 27, 2024
InicioSeccionesOpinión¿Moscú, culpable de todo?

¿Moscú, culpable de todo?

Acusar a Rusia de todos los males no es nada nuevo. Dicho esto, Heinrich Heine afirmaba: “Los rusos ya gracias al tamaño de su país son cosmopolitas, o por lo menos son cosmopolitas en una sexta parte dado que Rusia ocupa casi una sexta parte de todo el mundo poblado”. La aspiración de “cancelar” a Rusia mostrada por los líderes occidentales de hoy parece, en este contexto, bastante presuntuosa.
El número de sanciones antirrusas se incrementó tanto que en Washington y Bruselas ya se está agotando la fantasía a falta de resultados esperados. Los políticos que han amenazado a Rusia con restricciones “infernales” ahora ellos mismos cada vez más experimentan el impacto de éstas – según el principio de rebote. No esperaban (algunos) que el mundo estuviera interconectado, y los suministros seguros y baratos de los recursos energéticos rusos fueran una parte vital de la prosperidad de una serie de países europeos.
El “no” político a los productos energéticos rusos por parte de la Unión Europea obviamente lo toma en cuenta Moscú que ya ha empezado a redirigir líneas de abastecimiento a Asia y a otras regiones del mundo. Sobra decir que la responsabilidad por las consecuencias de las mencionadas sanciones para la población de los países occidentales corresponde a sus líderes. Lo peor de todo es que tales iniciativas, cuyo objetivo es castigar a Rusia por “insubordinación”, hacen sufrir a todos. Porque una parte importante de las restricciones impuestas son la prohibición de mantener buques rusos en muchos puertos del mundo, así como asegurar transportes de cargas, realizar pagos internacionales, exportar fertilizantes. Todo esto llevó a que la logística se encareció multiplicando por 4 como mínimo. Al completar todo esto, los líderes occidentales se pusieron a acusar polifónicamente a Rusia de provocar una crisis alimentaria global, olvidando que ellos mismos trataron de cancelar su comercio. Se emplea un viejo truco propagandista: repite una mentira cien veces, y te creerán. Y ya a los rusos los culpan de hambre y catástrofes que se nos echan encima. Esperemos que con prudencia logremos evitarlas.
Si nos fijamos en el conflicto en Ucrania como un catalizador de la desintegración del sistema de seguridad mundial, vale la pena destacar que habría que tratar con mayor seriedad los principios de la indivisibilidad de seguridad, inadmisibilidad del dominio de una organización político-militar sobre otras, interrelación entre la libertad de elección de aliados y la falta de amenazas para terceros países.
A la hora de crear la alianza del Atlántico Norte, la OTAN se proclamó una estructura defensiva contra la URSS. La Unión Soviética ya no existe, el Tratado de Varsovia se desintegró, ¿cuál fue la respuesta de la OTAN? Llevar a cabo la quíntuple expansión al Oriente e intentar incorporar a Ucrania y Georgia. Una militarización acelerada de aquellos países se efectuaba incluso antes de que fueran tomadas decisiones formales. Ante todas las advertencias de Moscú, en cuanto a la peligrosidad extrema de tales maniobras, se hizo caso omiso de manera muy altiva. En su reciente discurso ante la Liga de los Estados Arabes, el Ministro de Asuntos Exteriores, Serguéi Lavrov, subrayó que Rusia había propuesto reiteradamente a los países occidentales diferentes proyectos de acuerdos que establecieran jurídicamente el principio de una seguridad indivisible e igual para todos. “Nos dieron la respuesta: primero, no habrá ningún documento jurídicamente vinculante, ya que sólo se aplican a los miembros de la OTAN, y segundo, las relaciones entre Ucrania y la alianza no les conciernen. Así terminó la cosa”. A propósito, la expansión de la OTAN no es un plato caliente sólo para Europa. Los apetitos de la alianza crecen y, observen, ahora incluyen a Asia y el Pacífico. Es dentro de esta estratagema donde se inscribe la visita de Nancy Pelosi a Taiwan. ¿Acaso es posible no ver aquí la aspiración de recuperar un dominio global en contrapeso al mundo multipolar? Si se puede, sólo siendo ciego.
Durante su visita reciente al continente africano, Serguéi Lavrov explicó detalladamente la situación alimentaria y otras cuestiones vigentes que interesaban a nuestros interlocutores. Dichas explicaciones fueron entendidas y percibidas por los colegas africanos. Se determinaron perspectivas de una cooperación práctica con los países africanos y las organizaciones regionales. Al mismo tiempo, “Rusia aislada” aumenta una colaboración multifacética con los estados asiáticos y del Oriente Próximo.
Sin duda alguna, es ahora cuando surgen nuevas posibilidades para desarrollar relaciones políticas, comerciales, económicas y humanitarias con América Latina. Valoramos altamente una posición soberana e independiente de muchos estados de la región. Somos conscientes de que los países latinoamericanos están bajo una dura presión, cuyo objetivo es hacerles seguir ciegamente el rumbo impuesto desde fuera. Sin embargo, hermanos, el mundo ha cambiado, vivimos en el Siglo XXI, y ya es imposible mantener prácticas anticuadas con estilo Doctrina Monroe.
En cuanto a Heine, cabe añadir que las restantes cinco sextos del alma rusa corresponden a la vertiente patriótica.

Mikhaíl Ledenev, Embajador de Rusia en Bolivia.

ARTÍCULOS RELACIONADOS
- Advertisment -

MÁS POPULARES