sábado, mayo 18, 2024
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El fenómeno de la procrastinación

En muchas ocasiones los estudiantes no logran terminar las tareas escolares destinadas al hogar, encomendadas por el profesor, para retroalimentar el proceso de aprendizaje. Se puede apreciar la poca prioridad que otorgan a dichas labores. Por los juegos en línea, las envolventes redes sociales que se apoderan de los intereses, del tiempo de niños y adolescentes, dejan como última actividad las tareas escolares o, en todo caso, se olvidan de ellas. Demuestran así el fenómeno llamado procrastinación.
Sobre esta temática: la procrastinación es la acción de retrasar y dejar para después actividades o situaciones que deben ser atendidas. Las sustituyen por otras actividades o situaciones menos importantes o más agradables. El término procrastinación proviene del verbo latino procrastinare, que significa “dejar algo para el día siguiente”.
Este fenómeno afecta significativamente el rendimiento escolar del estudiante que aplaza indefinidamente el estudio, deja de hacer sus trabajos, mostrando poco interés por la lectura y escasa preparación para sus exámenes. Por el contrario, se deja llevar por la diversión con los amigos, ir al cine, a fiestas, a partidos de fútbol y prefiere las adictivas redes sociales y juegos en línea.
Es una manifestación compleja que se muestra, ante todo, como una mala gestión e incapacidad para manejar el tiempo personal; es decir, poca capacidad para hacer cronograma de las tareas, responsabilidades y cumplir los objetivos en los plazos establecidos.
Al estudiante procrastinador lo caracteriza la excesiva autoconfianza, mostrando una falsa sensación de autocontrol y seguridad, postergando día tras día una tarea que no solo no le ilusiona hacer, sino que, en cierta manera, la da por hecha.
Al relacionar la procrastinación académica con otros conceptos, como el de estrategias de aprendizaje, los resultados del aprendizaje están estrechamente vinculados con el desconocimiento o poco uso de estrategias de aprendizaje y metacognitivas.
Entre las causas de la procrastinación se puede mencionar: la tensión causada por una serie de estímulos relacionados con la tarea evitada; mala gestión del tiempo; déficit de autocontrol; dificultades para trabajar de manera autónoma; baja autoestima; dificultades para proyectarse al futuro; modelos de referencia inadecuados. Es decir, padres, hermanos o adultos en general que tienen hábitos procrastinadores, los mismos que son asumidos por los estudiantes como normales.
La procrastinación representa dificultades, tanto en la propia persona como en otros ámbitos, como: ansiedad, constante tensión, miedo, lo que ocasiona que las personas se sientan presionadas, repercutiendo en su salud mental y física; pérdida de confianza en uno mismo: insatisfacción y sentimiento de culpa; bajo rendimiento académico: insatisfacción en profesores y familia; dificultando que logre sus objetivos; estigmatización por el entorno, etiquetando al estudiante como irresponsable, ocioso y con pocas posibilidades de surgir.
La tendencia a posponer las actividades académicas se debe a la falta de motivación hacia el estudio. Entonces, para anular la procrastinación se debe trabajar la motivación en el discente, la cual juega un papel importante en el proceso de aprendizaje de todo estudiante, lo que permite provocar cambios tanto a nivel escolar como de la vida en general. También se debe trabajar para el manejo adecuado de la gestión de tiempo. Que el estudiante organice su tiempo de manera óptima y organizada, así mismo priorizar sus actividades escolares, familiares y de ocio. Es necesario fortalecer sus estrategias de aprendizaje por medio de la metacognición, para el logro de sus objetivos.

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