jueves, mayo 23, 2024
InicioSeccionesOpiniónDisney, Marvel y Netflix: la inclusión forzada del relativismo

Disney, Marvel y Netflix: la inclusión forzada del relativismo

Las plataformas streaming se han convertido en los últimos años en el medio preferido de toda una generación para ver contenidos, películas, series y documentales, pues al ser de fácil acceso pueden ser visualizados por millones de personas alrededor del planeta. Entre las plataformas más visualizadas tenemos a Disney, el poderoso consorcio norteamericano que controla varias productoras, canales de televisión por cable, etc., y Netflix que también se encuentra entre las plataformas más visualizadas, contando con millones de suscriptores y a la vez tiene el catálogo más amplio de contenidos streaming.
El poder mediático de ambas empresas puede generar e imponer (dado su consumo masivo) ideas, preceptos y conceptos sobre todo lo que éstas vean conveniente, imponiendo, de esta manera, una corriente de pensamiento ligado al progresismo. Si bien cada medio de comunicación puede libremente difundir las ideas y contenidos que les parezca, no es éticamente correcto encumbrar sus ideas como si se tratasen de verdades irrefutables. La libertad de expresión también debe ser balanceada con la libertad de discernir entre lo políticamente correcto y lo moralmente válido. Los contenidos streaming, por ende, pueden ser clasificados, sugeridos e incluso vetados por los usuarios, sin que por ello recaiga ante ellos ningún tipo de adjetivos que censuren su decisión.
Es necesario que el usuario sepa el tipo de contenidos por el cual está pagando. Disney y Netflix sufrieron en los últimos meses una baja considerable en sus usuarios; la culpa de ello recae en lo que se ha venido a denominar la “ideología woke», que es básicamente un adoctrinamiento hacia el usuario, imponiendo de manera solapada la deconstrucción de la familia, de la cultura, del lenguaje, la imposición de la ideología LGTB y la romantización del socialismo; todo ello con el fin de imponer un pensamiento único, donde prevalece el relativismo y lo políticamente correcto y se prescinde de lo ético, de la moral y de lo estético. Los números son claros, pérdidas millonarias por baja de usuarios y una baja taquilla en películas con este tipo de contenidos, aun así, la inclusión forzada del relativismo continúa en dichas empresas.
Vuelvo a recalcar, cada empresa tiene el derecho a poner en consideración del usuario todo tipo de temáticas, según su conveniencia, pero no por ello pueden exigir la aceptación de sus contenidos como verdades irrefutables.
Como reflexión final, todo lo impuesto no es sinónimo de inclusión, al contrario, es sinónimo de imposición, de abuso y de adoctrinamiento ideológico. Por todo ello, los contenidos streaming si bien van ligados a las políticas internas de cada empresa, éstas no pueden atribuirse ser las impulsoras de ideologías o políticas públicas por el simple hecho de que esa no es su función; estas empresas pueden relativizar a más no poder sus contenidos, tienen ese derecho, pero este derecho pierde toda validez cuando transgrede valores éticos y morales ligados a la familia, la cultura y el lenguaje.

Marcelo Miranda Loayza,
Teólogo y Bloguero.

ARTÍCULOS RELACIONADOS
- Advertisment -

MÁS POPULARES