domingo, mayo 19, 2024
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Qué ideas se deben considerar si deseo escribir?

Por: Equipo editor

 

En este número ofrecemos al lector una parte del libro “Principios de la redacción del español” de la autora Helen Eby, maestra de inglés y español, traductora e intérprete certificada. Quien detalla de manera muy puntual, práctica y entretenida los tópicos a considerar para escribir de manera satisfactoria cualquier tipo de texto. Esta obra fue publicada el 2020 por la editorial Gaucha Translations.

 

¿Cómo escribir bien?

 

¿Qué es escribir bien? Considera las siguientes posibilidades:

 

  • Escribir con naturalidad.
  • Cumplir con toda la normativa.
  • Comunicarnos con claridad.
  • Que nuestro texto sea ameno, interesante y que dé placer leerlo.
  • Que el objetivo del mensaje se cumpla (por ejemplo, que haya menos accidentes).

 

Mi prioridad en la comunicación es cumplir con las normas y, al mismo tiempo, emitir un mensaje claro y natural. La función principal del mensaje es la comunicación, y lo tengo en cuenta en todo momento.

 

Como traductora, considero los mensajes que redacto desde dos puntos de vista. Comunicar el mensaje del texto fuente no es limitarme a lo que dicen las palabras sino considerar cómo se expresa ese concepto en español.

 

Cómo escribir con naturalidad

 

En la redacción es importante que el lector pueda responder a nuestro mensaje sin barreras, sin confusión. En algunos casos, comentan que “esto no me suena [natural]”. Aunque podamos defender nuestra frase a troche y moche como gramáticos, terminólogos y demás, si el lector no se identifica como nuestro destinatario ni se da por aludido, hemos escrito en vano.

 

Ona Low, en su libro Lower Certificate English Course for Foreign Students, nos indica que, a la hora de redactar en un idioma que no usamos para escribir a diario, debemos tomar ciertas precauciones:

 

Antes de la redacción

 

  • Propósito. Siempre es importantísimo tener claro el objetivo de nuestra redacción. Suele suceder que, por ejemplo, si enviamos una carta de negocios haciendo preguntas con respecto a tres temas, es probable que nos respondan a una sola pregunta y no siempre sea la pregunta que más nos importaba. Por eso, en 1980, en el Instituto Argentino de Secretarias Ejecutivas, enseñaban a redactar cartas que se ocuparan de un solo asunto.

 

  • Expectativas del lector. Una entrada de un blog no debe ser tan larga como una tesis doctoral y un mensaje de texto debe ser breve.

 

  • Preparación, organización. El tiempo que “perdemos” en hacer un bosquejo o pensar en lo que vamos a hacer y buscar recursos nos ahorra tiempo al final.

 

Durante la redacción

 

  • Redacción clara y lo más sencilla posible. Al tratar de expresar conceptos complicados, en lugar de confundir a nuestro lector es mejor reconsiderar el asunto y buscar otra forma de decir lo que queremos comunicar. Por ejemplo, se puede cambiar el orden de los elementos. Al mover las piezas del rompecabezas del mensaje a veces se nos ocurre una forma más eficaz de comunicarnos.

 

  • Redacción con estilo natural. Cada idioma tiene su propia forma de expresión. El español no calza en el molde del alemán, del japonés ni del inglés. Si nos cuesta expresar algún concepto con naturalidad, leamos sobre ese tema en español. ¿Qué han escrito otros sobre este tema? No nos limitemos a la traducción literal de lo que se nos ocurre, o nos meteremos en “Calcolandia”, donde se calca el idioma mayoritario del país donde vivimos y solo lo entienden los traductores de ese idioma. ¡Es muy difícil salir de Calcolandia! La única vía de escape es la buena lectura.

 

  • Un tema por párrafo. Si confundimos al lector, no podrá seguir el hilo de nuestro razonamiento. No es necesario que los párrafos sean largos.

 

Siempre hay que tener presente al lector

 

Estos pasos implican atención al detalle, y es en ese aspecto en el que se lucen el escritor y el corrector. Hay que tener en cuenta tanto el contenido como el lector para poder comunicarnos con él sin dejar nada al azar. La meta es que, como en todo trabajo bien hecho, nadie note los detalles. Para ello, es esencial trabajar en equipo con otro corrector o traductor.

 

En general, los lectores prefieren leer textos que puedan entender en la primera pasada. Además, están cada vez más acostumbrados a encontrar sus respuestas con facilidad y no tienen interés en perder el tiempo con un recurso que no les sirve. Generalmente se quedan en una página web solo uno o dos minutos. Cuando están frustrados, simplemente se van a otro sitio web, cierran el libro, leen otra revista o no contestan nuestro correo.

 

Todo mensaje escrito es, en realidad, un esfuerzo por conversar con un lector. El autor debe hacer todo lo posible por comunicarse bien.

 

  • A veces es mejor reescribir que defender nuestra frase. La gramática, la sintaxis, la ortografía, la puntuación y el uso de la terminología contribuyen a la redacción clara y fluida. Cuando una persona nos cuestiona la gramática, es posible que se esté refiriendo a cualquiera de estos aspectos porque cuesta separarlos. Por ejemplo:

 

Usted tiene derecho a estar de acuerdo o no con la realización de servicios personales para usted como condición de la libertad probatoria para un ofensor juvenil.

 

Cuando alguien cuestiona la gramática de una oración como esta, en lugar de defenderla a capa y espada es mejor buscar otra forma de expresar el mismo concepto. Se podría decir:

 

Usted, como delincuente juvenil, puede aceptar o no los servicios personales como condición de la libertad condicional.

 

En esta segunda forma de expresar el mensaje, cambiamos la sintaxis, la terminología y la estructura del mensaje, pero la expresión es más clara y fluida.

 

Redacción orientada al lector

 

Todo texto se dirige a un lector imaginario o específico y describirlo en detalle es un ejercicio excelente. Si es necesario leer un anuncio que está en la pared del aeropuerto dos veces para entenderlo, no lo hemos escrito bien. Al conocer mejor a nuestros lectores y ver el resultado de nuestros mensajes, mejoraremos nuestra comunicación.

 

La Guía del lenguaje claro de Colombia da instrucciones sobre cómo escribir mensajes claros. También te invito a considerar las siguientes pautas:

 

Escribirle siempre al mismo lector

 

En algunos textos se mezcla la formalidad y la informalidad, lo cual confunde a los lectores. Hay que entender algunas cosas de antemano, por ejemplo:

 

  • ¿Quién es el lector? Puede ser joven, profesional o mayor de edad.
  • ¿Qué trato espera? En algunos tipos de texto se escribe con mucha formalidad y en otros, no.
  • ¿Qué le interesa? Quizá lea por curiosidad, para resolver un problema o para entender algo mejor.

 

Algunos ejemplos:

 

  • Un libro de recetas será práctico, directo y posiblemente se use el infinitivo.
  • Para hacerle publicidad a un restaurante, se usará el tú y la comida se describirá con adjetivos que resalten la experiencia del comensal.

 

¿Qué nos lleva a querer leer una carta, un libro de ciencia o un artículo del periódico? Seguramente no es solo la ortografía o la gramática. El texto nos tiene que interesar, tiene que resolver alguna cuestión que tenemos pendiente o tiene que venir de alguna persona que apreciamos. Lo fundamental es que tenga un buen hilo conductor. Si nos confunde o hay que leerlo tres veces, no seguimos leyendo a menos que tengamos muy buenos motivos.

 

En el congreso de la American Copy Writers Association que se llevó a cabo en la ciudad de Portland (Oregon), en el año 2016, se dijo que varios factores externos afectan nuestra comprensión de textos: estar preocupado, estar enfermo y hasta usar una pantalla para leer. Por eso, insisten en que se escriba tan claro como sea posible. En cuanto a los textos en línea, se dijo que si los lectores no encuentran la información que buscan en uno o dos minutos, se van del sitio web. Además, hay que tener en cuenta que muchos textos que se escriben para medios impresos también se publican en Internet.

 

Nuestro lector

 

¿A quién se dirige mi texto? El registro del texto, o modo de expresarnos, varía según quién sea el lector, por ejemplo:

 

  • Una prima.
  • Un funcionario del Gobierno.
  • La comunidad, invitada a una discusión sobre un asunto político.

 

Propósito. El propósito de un texto tiene que estar tan claro para el lector como para el redactor.

 

Situación en la cual se usará el texto. El modo de expresión también varía según las circunstancias de comunicación, por ejemplo:

 

  • Un capítulo sobre la gripe en un libro de ciencia para estudiantes de sexto grado.
  • Un cuento para niños sobre un niño que tiene la gripe.
  • Un artículo sobre cómo cuidarse de la gripe publicado en un sitio web, con enlaces a otros artículos.

 

Usar el nivel de complejidad adecuado

 

Redacta con la complejidad necesaria. Escribir una serie de oraciones de cinco palabras es monótono, y hay conceptos que se deben explicar con los detalles que corresponden. Sin embargo, no compliques lo que es sencillo.

 

Para redactar textos claros y útiles es sumamente importante considerar al lector y el texto. Algunos elementos importantes del texto:

 

  • Propósito y uso
  • Coherencia y lógica
  • Diseño gráfico
  • Cohesión
  • Sintaxis
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